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Andan los ánimos, en particular, de los gijoneses muy picados por el vial de Jove y, en general, el de todos los asturianos con las infraestructuras ferroviarias. Fue gracias a las investigaciones llevadas a cabo por EL COMERCIO que se desvelaron a la opinión pública ... dos escándalos importantes. El primero, el fiasco de los trenes que no cabían por los túneles. El segundo, el dinero que el Ministerio de Transportes destinaba a bonificar a los usuarios de la autopista del Huerna, que era sólo un tercio del total que tenía autorizado. Dos asuntos, entre otros, que nos muestran lo importante que es contar con una prensa que sea un verdadero contrapoder y con periodistas de investigación profesionales e independientes.
Escribir sobre el periodismo de investigación me lleva a recordar aquellos lejanos años setenta, en los que el 'New York Times' y el 'Washington Post' destaparon el escándalo 'Watergate', que condujo a una crisis institucional del Gobierno de Nixon, que utilizó los servicios de espionaje de la CIA y el FBI para llevar a cabo actividades ilegales de acoso a rivales políticos, funcionarios y a grupos de activistas. Estos dos periódicos se erigieron en guías morales y servirían de referencia al periodismo de investigación en España. Instaurada la democracia, se fueron consolidando nuevos medios informativos: 'El País', 'El Independiente', 'Diario 16' y posteriormente se fundaría 'El Mundo', en 1989. Todos ellos destaparon escándalos de políticos corruptos, delincuentes de guante blanco, fraudes fiscales, terrorismo de Estado, la financiación ilegal de los partidos y los abusos de poder. Cabe recordar algunos destacados que fueron loables servicios prestados a la democracia por parte de la prensa: 'Diario 16' descubrió la trama de los GAL; 'EL Mundo' investigó los casos 'Juan Guerra' y 'Filesa' y destapó la financiación irregular del PSOE; 'El País', por su parte, desveló el escándalo de Banca Catalana, vinculado a Jordi Pujol y años más tarde, gracias a las filtraciones a las que tuvo acceso, abriría el caso Gürtel que implicaba de lleno al PP.
Hannah Arendt, en el ensayo 'Lying in politics' (1971), defiende la necesidad de proteger una prensa libre, en la que los hechos puedan presentarse a los ciudadanos con veracidad, al objeto de generar una opinión pública crítica y que articule el debate en una sociedad democrática. El periodismo de investigación, defendido por Arendt, que busca la verdad, se encuentra hoy en declive porque se hicieron cesiones a otro tipo de periodismo, vinculado a grupos de poder y opciones políticas determinadas, que se olvidaron de su máxima fundamental: «producir información propia e independiente como forma de controlar al poder». La prensa tradicional hace años que dio paso a la digital y algunos pronosticaron que esta revolución traería la muerte del periodismo, pero en realidad lo que sucumbió fue un modelo de negocio. Antes los medios dependían de la venta de periódicos en los Kioscos y de los anuncios impresos, sin embargo, hoy dependen de lo que se denomina en jerga periodística la 'tiranía del clic'. Tienen que competir en inferioridad de condiciones con las redes sociales, el principal medio para acceder a las noticias en internet. La pugna por aumentar las visitas empuja a muchas redacciones a tratar noticias basura con títulos atractivos y contenidos sensacionalistas para atraer publicidad y financiación. Así, en vez de ensanchar el campo perceptivo de los ciudadanos, los encierran en burbujas epistémicas e informativas, 'cámaras de eco', que reafirman al lector en lo que previamente piensa. Hay incluso personas que prefieren la opinión al hecho y se resisten a la información que no concuerde con sus deseos, llegando a ignorarla a su manera si es preciso y clausurando el debate, naturalmente en detrimento de lo que es real.
En consecuencia, es necesario un periodismo de investigación que recupere las esencias y cuyo papel, entre otros, debe ser fiscalizar los poderes establecidos. Los periodistas no deben ser solo meros tertulianos y opinadores, para que no se banalice la información. Los periódicos muchas veces deberían adelantarse a las pesquisas policiales y judiciales. De esta forma se reforzaría el demos, al disponer de información oculta de los que ostentan el poder. La búsqueda de la verdad más que una obligación moral es una necesidad de la democracia y también del periodismo, que debería reforzarla.
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