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No disparen al turista

La escala del turismo cambió y se puede considerar una industria, por el beneficio económico que aporta y los puestos de trabajo que crea, por lo que requiere de una mayor gestión política

Martes, 10 de septiembre 2024, 02:00

Escribo estas líneas sentado en la terraza del bar RUFO, frente a la playa de San Lorenzo. Me sirve de privilegiada atalaya para otear un horizonte lleno de gente pululando de un lado para otro. Unos hacen cola en el estanco, otros se apresuran a ... cruzar el semáforo cargados de hamacas y sombrillas, abuelos y abuelas que cuidan de sus nietos, jubilados trotamundos rejuvenecidos, pandillas de adolescentes que hablan en un tono más elevado de lo deseable, parejas jóvenes con niños que portan juguetes de playa, transeúntes que calzan zapatillas de montaña y se dirigen hacia el arenal, un coche pega un bocinazo a un peatón despistado que atraviesa la calle… En palabras de Ortega, en el libro 'La rebelión de las masas': «Las ciudades están llenas de gente. Las casas llenas de inquilinos. Los hoteles llenos de huéspedes. Los trenes llenos de viajeros. Los cafés llenos de consumidores. Los paseos llenos de transeúntes. Los espectáculos llenos de espectadores. Las playas llenas de bañistas. Lo que antes no solía ser problema, empieza a serlo casi de continuo: encontrar sitio». Y yo acabo de encontrar sitio en mi terraza preferida, en medio de este zoco, intentando poner un poco de orden en mis cavilaciones, tomar un vino y desde la quietud contemplar el movimiento de los veraneantes.

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