En un día como el de ayer, en el que conmemoramos el Día Internacional de los Trabajadores, y en un lugar como Gijón y Asturias, parece oportuno reflexionar acerca de la contribución histórica de los sindicatos a mejorar el bienestar de las personas, en un ... momento difícil y complejo para el trabajo sindical, sometidos como están a todo tipo de presiones mediáticas.

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Algunos sectores políticos, empresariales, financieros… encuentran ahora un buen momento para arrumbar definitivamente todo lo que tenga cariz de servicio público. Y no lo hacen en aras de la eficiencia, como pretenden hacernos creer. Sus objetivos son las nuevas oportunidades de negocio que atisban en la gestión privada de muchos de los servicios que son esenciales para la ciudadanía. Educación, Sanidad y Dependencia son ejemplos de los más evidentes. Para ese cambio de modelo necesitan debilitar, y si es posible eliminar, una herramienta imprescindible para la clase obrera: los sindicatos. Y no están ahorrando esfuerzos en campañas difamatorias y de confusión, pretendiendo generalizar la sombra de la sospecha sobre la honradez y el sentido del sindicalismo. Lo que nos quieren arrebatar no fue concedido graciosamente por un sistema capitalista que durante años pretendió mostrar un rostro amable. Fue conquistado palmo a palmo con el esfuerzo y la movilización de los y las trabajadores y trabajadoras. Si, de todos ellos. Pero fundamentalmente de los que hemos estado organizados sindicalmente, traduciendo el esfuerzo movilizador en capacidad de propuesta y negociación. Y eso es bien evidente en nuestra tierra y en nuestra ciudad.

Hoy más que nunca, tenemos que explicar el papel fundamental que, históricamente, ha jugado la clase obrera organizada en sindicatos, para el progreso de la sociedad gijonesa y asturiana. Ni la Asturies ni el Xixón de hoy serían igual sin la huella dejada por tanta lucha.

Por eso ayer volvimos a llenar las calles. En Gijón, La Felguera o en cualquier rincón del mundo. Porque ni olvidamos el pasado, ni dejamos que nos manipulen el presente, ni aceptamos que nos nieguen el futuro.

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