El próximo lunes 11 de septiembre se cumplirán cincuenta años del golpe de estado en Chile, dirigido por el general Pinochet, que supuso la muerte del presidente Salvador Allende. Unos días más tarde era envenenado en el hospital el poeta comunista, Pablo Neruda, Premio Nobel ... de Literatura. También en esas trágicas horas era asesinado el cantautor Víctor Jara. Las torturas duraron por lo menos tres días. Golpes en el rostro, en las manos, patadas e impactos de culata. Su cuerpo, arrojado a un descampado cerca del Cementerio Metropolitano de Santiago de Chile, recibió 44 disparos y tenía 56 fracturas. Su asesinato hace 50 años era una herida abierta que se acaba de cerrar con la sentencia definitiva contra los responsables de su muerte. Demasiado tarde. O no, nunca es demasiado tarde para un reconocimiento de la verdad histórica, aunque llegue con enorme retraso para quienes más sufrieron. La esposa del músico y militante comunista, Joan, cumplió en julio 96 años. No hay sentencia que repare el tiempo perdido.

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Uno de los asesinos de Víctor Jara, el brigadier retirado Hernán Chacón Soto, se suicidó cuando la policía llamó a su puerta para detenerlo. Tenía 86 años. Ese mismo día falleció el veterano dirigente del Partido Comunista de Chile Guillermo Teillier. El actual presidente de Chile, Boric afirmo: «Murió como un hombre digno frente a otros que mueren de manera cobarde para no enfrentarse a la justicia».

La relación entre pasado y futuro es, a menudo, un asunto complejo. Ocurre en Chile, y ocurre en todas las sociedades que hayan afrontado un proceso de memoria colectiva que suponga el reconocimiento de atrocidades. También en España. Para muestra un botón: el próximo 11 de septiembre la asociación Soldepaz Pachakuti, ha convocado un homenaje a Salvador Allende que incluye una ofrenda floral en la estatua situada en el parque del mismo nombre del barrio de Roces. Tres días después la Antigua Escuela de Comercio acoge la presentación de una biografía de Víctor Jara a cargo del historiador Mario Amorós. Que buena ocasión para que, en ambos actos, acudiera algún representante del gobierno municipal. Aunque no sea de Vox.

Porque, aunque el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince sostuviera que el exceso de memoria puede ser tóxico, no deja de ser necesaria, crucial. La memoria es imprescindible para el futuro. Para vivir.

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