Cómo se nota que queda poco más de cinco semanas para que la ciudadanía acuda a votar en las elecciones municipales. Ahora es posible encontrar candidatos o candidatas a la Alcaldía en un partido del Sporting, visitando el Real Grupo de Cultura Covadonga, pisando barrios ... que casi no conocían e incluso tomando un café por lugares que casi no transitaban. Es buena cosa. Pero lo más extraordinario de todo es que, como cada vez que se acercan las elecciones, a nuestros dirigentes les entra la prisa por inaugurar. Y así comprobamos cómo llueven las obras, y los proyectos que hasta entonces aparecían aparcados. Y no vamos a hablar aquí de la tantas veces anunciada llegada del AVE a Asturias.

Publicidad

Porque, claro que es necesario invertir en el antiguo edificio de Tabacalera en Cimavilla, o impulsar la obra del antiguo Colegio Cabrales, o reorganizar el tráfico y aumentar los aparcamientos en Nuevo Roces o incluso proceder a la reforma integral del Muro de San Lorenzo si es que alguna vez se logra.... Lo extraño es que la urgencia de dichas obras no fuera puesta encima de la mesa hasta cinco semanas antes de las elecciones.

Y así comprobamos atónitos cómo se procede al reasfaltado de calles que llevaban años sin tocar o incluso de algunas que no necesitaban ningún arreglo, o se acometen a toda prisa los trabajos para la mejora de parques y jardines en cualquiera de nuestros barrios o se anuncian, justo ahora, las obras para la rehabilitación de las viviendas «sindicales» de Contrueces o se ejecutan las obras de renovación de las pistas de tenis del Llano en el último minuto de la legislatura municipal, para regocijo no sólo de los vecinos de la zona o de los usuarios de dichas instalaciones sino también, y ahí está el quiz de la cuestión, de los gobernantes de turno.

Estoy seguro que los pequeños empresarios, los autónomos y muchos trabajadores del vapuleado sector de la construcción lo agradecerán, pero me pregunto si todo este aluvión de obras se hace sólo por un sincero propósito de mejora de nuestra ciudad o más bien por un egoísta cálculo electoral a corto plazo. Y quien avisa no engaña: una gran parte de la ciudadanía estamos hartos de ese viejo juego. Tal vez algunos dirigentes políticos comprueben en sus propias carnes que ése no es el camino por el que muchos gijoneses/as queremos transitar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad