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Ayer volví a Mieres. Mientras estaba en la plaza del Ayuntamiento, escuchando el turullu en honor a mi amigo Aníbal Vázquez, me acordé por un instante, de otro homenaje póstumo vivido hace mucho tiempo. Tenía yo 19 años cuando asistí al entierro de Horacio Fernández ... Inguanzo en Gijón. Aníbal en Mieres y Horacio en nuestra ciudad llenaron las calles en sus despedidas. Miles de asturianos quisimos acompañarlos en un último paseo, a hombros de sus amigos o camaradas.

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