Babayada

Pues bien, ahí tenemos al concejal tránsfuga en una entrevista en EL COMERCIO el pasado domingo soltando por esa boca que «no le gustaría que se utilizasen las actuaciones musicales para promocionar una lengua que no existe». Semejante babayada del tal Suárez califica por sí solo a este vividor de la política municipal. Pero la cosa no termina ahí. El concejal ultra, que preside la empresa municipal Divertia, afirma sin ponerse colorado que la reducción de las actuaciones musicales de grupos o músicos que emplean la llingua asturiana, se debe a una «falta de oferta». Pero si el responsable de la oferta es él... Negacionismo cultural e hipocresía política en una sólo frase.

Solo por lo inadmisibles de sus declaraciones, este señor debía ser cesado. Si la razón que se esgrimió para expulsar del gobierno municipal a la también diputada autonómica por Vox, fue la defensa de las libertades frente al modelo ultra... ¿no tiene nada que decir la señora Moriyón acerca de las declaraciones del presidente de Divertia puesto por su dedo? El fracasado empresario ultraderechista, que ahora se sienta, mudo, en uno de los sillones del pleno municipal, no debiera seguir en su puesto. Pero mucho me temo que continuará.

Hace menos de un mes, desde la alcaldía se justificó su nombramiento como presidente de Divertia (pese a haber abandonado el partido por el que se presentó a las elecciones municipales), se legitimó una carrera empresarial quebrada, empufada y empapelada en numerosos juzgados y se negó incluso su transfuguismo. No sé que razones tiene la alcaldesa Moriyón para seguir amarrada a semejante personaje. Pero le auguro que no le traerá nada bueno.