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Johnny and Amber

La velocidad con la que se puede pasar del amor recíproco al odio mutuo se ha multiplicado

Lunes, 6 de junio 2022, 01:45

La ley debería ser esa regla que hace posible la excepción, no la camisa de fuerza que pretenden los que no permiten otras equivocaciones que las propias. Hay muchas formas de contar la misma historia. Afortunadamente, la violencia de género ha dejado de ser un ... asunto privado, que se cubría con silencio y maquillaje, para tornarse una lacra intolerable para cualquier sociedad. Otra cuestión es la tentación morbosa de convertir el conflicto en espectáculo, como un eslabón más de la tele-realidad. En esta vida acelerada, la velocidad con la que se puede pasar del amor recíproco al odio mutuo se ha multiplicado y cuando los protagonistas son famosos, cada conflicto íntimo se convierte en un circo. A veces uno extraña que en estas trifulcas no exista la posibilidad de 'tablas', como en el ajedrez, cuando sea imposible discernir cuál de los miembros de la pareja es más tóxico que el otro. En ausencia de violencia física, que anula cualquier discurso exculpatorio, la frontera entre simbiosis y parasitismo se confunde con facilidad cuando ninguno de los dos contendientes acepta abandonar el hogar sin prenderle fuego previamente. Culpar de todo al narcisismo, generalmente masculino, es ignorar con cuánta frecuencia hombres y mujeres optamos por llenar nuestro vacío con la primera cosa brillante que se presenta, sin saber diferenciar la alhaja de la quincalla. Saber de quién tenemos piedad o a quién perseguiremos hasta su muerte social, depende de las modas y la tortilla nunca cae de perfil.

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