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En la época más brillante del Sporting tenía varios futbolistas nacidos al lado de los ríos Nalón y Caudal, como Cundi, Redondo, Valdés y alguno más. Se decía en términos irónicos que se trataba de un equipo de las Cuencas que jugaba en El Molinón. ... También en las Cuencas existía un hervidero cultural, en parte apagado al cesar las subvenciones, como esa revista literaria, 'Rey Lagarto' que Julio José García editaba en Sama, o 'La Ratonera', la mensual de teatro que desde El Entrego lanzaba mi amigo Roberto Corte. Llama la atención que en un núcleo relativamente pequeño como es Moreda de Aller haya sido el germen de tantos notables ciudadanos. En primer lugar, claro está, habrá que nombrar a Graciano García, que con su invento de los premios Príncipe de Asturias -hoy Princesa- nos ha colocado en el mapa del mundo. Para bien, aunque haya algunos que opinen que para mal. Personalmente a Graciano García no le perdono que un día él y mi viejo colega Juan Cueto me lavaran el cerebro para que comprara acciones de un diario que iban a editar en Llanera. Perdí el dinero, y perdí el contacto con los que siempre saben caer de píe.
En Moreda ha nacido gente destacada como Manolo Fidalgo, Óscar Luis Tuñón, Ceferino Álvarez, Carlos Luis Álvarez, Joséfina Díaz Faes y otros varios y notorios. Pero el ciudadano, hijo del lugar (y a la palabra hijo alguien le pondrá adjetivo) que está de moda estos días es Natalio Grueso. Este señor después de todo es un derivado del invento de Graciano García, porque sin la Fundación Príncipe no habría Centro Niemeyer en Avilés, y Natalio Grueso no hubiera engordado su peculio, según los jueces, valiéndose del invento. Pusieron dinero a espuertas en sus manos en esta región arruinada, y ya se sabe que cuando la gente amasa siempre queda pasta pegada a las manos. Natalio Grueso, en busca y captura, forma tándem con otro compadre famoso de las cuencas, con nombre grabado y luego rascado de la placa de langreanos ilustres de la ermita del Carbayo. Ambos alegan estar enfermos, Villa y Grueso, sin preguntarse si los aires de Villabona serán buenos o malos para la salud. Pero lo que resulta increíble es que hasta más de treinta firmas, empezando por Woody Allen y siguiendo con Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén y acabando con un ex ministro de Aznar, digan que a Grueso, gestor de no sé cuántas cosas, no hay que tocarlo. Como dijo alguien, en el próximo gobierno de Pedro Sánchez, si es que llega, se precisará la creación de un ministerio de indultos.
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