Con postas

Para mí el hecho de que los lobos hagan estragos en el concejo de Morcín, no es del todo una mala noticia, sintiéndolo al mismo tiempo por la pobre gente a la que le desgracian el ganado. Pero si nos fijamos en el mapa, Morcín está a muy poca distancia de Oviedo, casi lindando concejo con concejo, así que tengo la esperanza de que algunos lobos paseen en un futuro cercano por las calles de la noble ciudad, dándose un garbeo por las noches desde los escondrijos anexos. A los hermanos lobos, de momento, todavía les queda sustento con los rebaños de los ganaderos que se niegan a tirar la toalla, pero eso no va a durar mucho, porque no hace falta que los males duren cien años: basta con que la ministra esa repita en el cargo y los políticos de aquí, que se llaman progresistas, sigan reptando por debajo de las puertas de Madrid. Todo para que Asturias se quede sin ganado de pasto, como yo me quedé sin abuela. Los mariachis del Congreso seguirán votando para que se proteja a los lobos, cuando en su vida han visto un lobo en libertad, ni han pisado siquiera alguno de nuestros montes. Los que hemos visto ganado herido, sabemos que los lobos arrancan bocados en los cuadriles de las vacas y los potros. Así que, vayan acorazando sus posaderas blandas.

Menos mal que hay una buena noticia. El presidente francés Macrón, además de perseguir con el fichero 'S' a los islamistas, también incluye a extremistas de izquierda y de derecha y ecologistas radicales. Y eso que los campesinos franceses todavía tienen arrestos. No están cautivos y desarmados como los de aquí.