Al señor Marcos Líndez le hicieron el pasado domingo una entrevista en este diario. Al que fue alcalde Tineo y presidente de la Junta, ahora lo han premiado con el cargo de consejero del Medio Rural, y se ha encontrado con que los tractores le ... rugen debajo de la ventana. La sufrida gente de mi lejano Oeste albergaba alguna esperanza de que, siendo afín a la tierra y con importantes cargos, hiciera que algunas promesas se coinvirtieran en realidades. Pero las fanas siguieron cortando caminos y la autovía de la Espina colocada en el paisaje como una rémora. Total, que el señor Marcos Líndez ha visto que en ese Suroccidente -Tineo, Cangas y Allande- donde antes gobernaba el PSOE, ahora gobierna el PP con sus socios. Hay mensajes que se envían, pero a veces las cartas se pierden por el camino.
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A los consejeros de Medio Rural (medio, debería entenderse en la acepción de que lo rural les importa la mitad) debería entrevistárseles de un modo peripatético, o sea, pisando los pueblos. Para que vieran, como he visto yo, que un taxi subía a buscar un niño al pueblo de Viboli por la foz de los Andamios para llevarlo a la escuela; pero si por el camino subía o bajaba un viejo echando los hígados, nada que hacer, porque el encargo era de otra consejería. Le llevaría también a recorrer la carretera de Cangas a Besullo, donde un camión recogía la basura sin problemas. Pero cuando se liaron los alcaldes de Cangas y Allande, el de este último concejo tuvo que mandar también su camión a recoger los cuatro contenedores de los pueblos de Carcedo, Parajas y Noceda. Y todo por no entenderse dos individuos, por militar en partidos distintos.
Los que nos sentimos aldeanos, o sea, del medio rural, tenemos asumido ser la mitad respecto a los villanos, pero no en todos los sitios. Yo llevaría al señor Marcos Líndez de paseo desde Sotres hasta Áliva para que viera la frontera con Cantabria: de un lado vacas esmirriadas entre árgomas, y del otro monte rozado y ganado con buena presencia, procedente de Espinama y otros pueblos. Lo llevaría al puerto de Somiedo, donde el Ayuntamiento dice pleitear él solo contra la comunidad de Castilla y León. Lo llevaría a la Cubilla, donde los de la Casa Mieres luchan contra los de San Emiliano para que no les arrebaten los pastos. Y qué casualidad, el mismo día que aparece la entrevista, 15 de octubre, es el dedicado a la mujer rural. Apostaría que el señor Marcos Líndez tiene alguna mujer aldeana en su familia. Pues que ellas le cuenten lo bien que le van las cosas al que vive ahora de la ganadería.
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