Cuando los españoles pusieron los píes en América, recorriéndola desde el Atlántico hasta el Pacífico, se encontraron con esa gran barrera de los Andes. Y eso les obligó a trazar mapas tan extraños como el de Chile, que es una larga tira de tierra que ... va desde el trópico hasta los glaciares. Salvando las distancias –la distancia de punta a punta en Chile es de 6.435 km.–, la cordillera Cantábrica también configuró las provincias del norte formando una tira costera desde los Pirineos a Galicia; pero aunque el clima conste como esa uniformidad que los meteorólogos denominan la cornisa Cantábrica, las regiones que la componen tienden a desigualdades imparables. Para medir esos avances y retrocesos se han inventado las estadísticas. O, como dijo alguien hace más de un siglo, nos ceñiremos a la tozudez de los hechos. Pues bien, estos hechos vienen dados en las primeras páginas de los periódicos informándonos de que algunos trenes de Arcelor se ven abocados a parar.
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Las naves y los trenes que uno vio nacer, cuando aquello se llamaba Uninsa, me producen dolor en el alma al ver que los pueden dejar morir. O para ser más taxativo, diré, como mi adorado Miguel Hernández, que me duelen hasta en los cojones del alma. Los embustes de la energía limpia, el hidrógeno verde, son como el preludio de una muerte anunciada. Que no, que no se empeñen en mover trenes o producir acero con quimeras como el hidrógeno, argumentando que en Alemania ya experimentan con 5 MW. Supongo que los alemanes tendrán recelos con el hidrógeno, después de las malas experiencias con los Zeppelin ardiendo. Y de momento siguen recibiendo gas del gigante ruso y quemando turba para sus térmicas. Mientras tanto, la tozudez de los hechos nos dice que la electricidad en Francia está a mitad de precio que en España, o que a otros países les triplicamos el costo.
Resulta que la doña que enviamos a Bruselas para la transición ecológica, después de dinamitarnos la industria y soltarles los lobos a los ganaderos, ahora nos sale con que la energía nuclear es limpia. Contagiada por los cambios de opinión de su jefe de la Moncloa, y para que no le falte el plato en la mesa.
Observemos los muros de la patria nuestra y veremos que Asturias se desploma, mientras Galicia y Cantabria nos superan en todo. Se distancian cada año. Tienen menos paro, un mayor PIB y hasta las pocas industrias que aquí funcionan dependen en parte de ellos. Los barcos que se botan en Figueras se arman cruzando la ría, en Ribadeo. Y por allí entra la madera y salen las manufacturas de la fábrica de Navia.
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