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Día sin rumbo

Un montón de papeles, no mucho mayor en volumen que los libros del Rastro, decidirán los porvenires. Papeles vacíos de sabiduría, en los que bastan unos nombres escritos para pasar de la nada al infinito

Jueves, 1 de junio 2023, 00:53

Un autobús me lleva, sin muchas ganas, hasta mi barrio del oeste, y otro me devuelve distraído hasta posarme en las inmediaciones del Rastro. Aprovecho, ya que hace años que no pisé ese territorio de olor a churros y almendras garrapiñadas, de ofertas de quien ... casi regala sus mercancías: ropa interior de señora de todas las tallas y señoras de mucha talla para la ropa interior. Cambiaron los roles de mis tiempos de juventud, cuando el gordo era el señor de chistera y la señora marquesa que dibujaba Serafín en 'La Codorniz', y ahora es la gente humilde la que acumula la grasa; como dicen los zoólogos que hacen otras criaturas para hibernar. Pero donde me paro a mirar es en los libros, mezclados con herramientas, litografías de marcos carcomidos y relojes y candelabros oxidados, que en otros tiempos simulaban ser de bronce. Sobre todo los libros. Libros apilados. Las aventuras de El Llanero Solitario al lado de 'La Eneida' y 'El paraíso perdido', de Milton. «Si me lleva éste, que es muy grande, un tomo de no sé qué, le regalo uno de estos que están aquí». Escojo uno de los que están 'allí' y lo compro por el precio de un euro, sin regatear. Es el 'Ulises' de James Joyce. Ya había leído esta obra del escritor irlandés hace muchos años, gracias a la sabiduría y a la pericia para hacerse con ella de Rafael García 'Chao', cuando cohabitábamos en Gesto, pero con una traducción infame hecha en Argentina.

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