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No sólo es de ahora, sino que ya pertenece al pasado cuando el fútbol en algunos equipos tenía patente de corso. El rico y poderoso representante actual del Real Madrid tuvo como antecesor a otro ilustre, que según se comentaba tenía línea directa con el ... palacio de El Pardo. El 23 de febrero de 1962 el futbolista Francisco Gento atropelló con su coche al cabo de la Guardia Civil Edesio González, mientras éste echaba agua en el radiador de la furgoneta, causándole la muerte. Aquella misma semana Gento jugó un partido con su equipo. Sobre aquel lamentable y tapado suceso, si pinchan en internet verán que hay una nieta del guardia civil fallecido que da detalles tremendos que no procede reproducir aquí. Es cierto que aquel accidente, vergonzosamente olvidado, significa algo más grave que las rabietas y desplantes del multimillonario que ahora representa al club. Todo porque no le concedieron a uno de los suyos el Balón de Oro. Más grave que cualquier otra infamia es la pérdida de una vida humana, añadiéndole la frivolidad de que dos días después el causante juegue un partido de fútbol. Es más grave, incluso, que esa conformidad ovejuna de los esquilmados, leyendo en los papeles que la actual plantilla del Real Madrid está valorada en 1.360 millones de euros. O que el jugador Mbappé cobre 14 millones netos al año. Y no tengo duda de que si alguno de estos millonarios defraudase a Hacienda, como ya hemos visto, no faltarían muestras de apoyo en las puertas de los juzgados. Tampoco recuerdo que alguien se manifestara cuando el Barcelona batió el récord de los fichajes, pagando 160 millones por el jugador Coutinho. A toca teja, a mayor gloria del fútbol mercenario. En el Real Madrid ya sólo juega uno nacido en España.
El que sí sufre reproches por sus riquezas, y objeción por sus donaciones, es don Amancio Ortega. Cien millones para los arrasados de Valencia, que sumados al dinero donado por los lenguaraces que lo critican, suman cien millones. Argumentan los que se llaman progres, que la riqueza de don Amancio es dinero quitado a los que con él trabajan. O sea, a esos 162.000 hogares en los que entra un jornal que dimana de Arteixo, y otros que gracias al prohombre tienen un empleo indirecto. Digamos enseguida que de esos 162.000, el 75 % son mujeres. Un mensaje para marcar en el entrecejo del feminismo airado. Si les preguntas a los empleados de Inditex sobre su empresa y su salario, te dirán que lo que más les duele son los descuentos abusivos y los impuestos para sostener a tanto inútil lamedor de las manos de Maduro.
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