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Lo hemos celebrado tantas veces y jamás serán suficientes. Ahí empezó nuestra aventura y siempre será escaso el agradecimiento para tamaño regalo que se nos hizo al llamarnos a la vida. Sabemos quién es el Creador de todas las cosas y cómo de la nada ... es capaz de sacar una existencia que tiene un rostro con ojos curiosos, que tiene huellas en sus dedos diminutos y latidos en su entraña apenas estrenada. Pero para este milagro Dios quiso valerse de alguien para hacer esa maravilla tan cotidiana que quizás ha dejado ya de conmovernos cada mañana. Fue la mujer la llamada a ser madre de los vivientes prolongando humildemente las manos creadoras del mismo Dios. Es la mujer que tiene nuestros secretos mejor guardados, porque fue la primera en hablarnos cuando aprendíamos a palpitar dentro de su entraña sin saber decir palabra. Es la madre de lo mejor que trajimos a este mundo incierto e inacabado. Fue el canal por el que Dios mismo quiso llamarnos a la vida primero y enviarnos con una misión después. Por eso dedicamos un día especial a la memoria de esa mujer que reconocemos como nuestra bendita madre, junto al hombre que colaboró a su lado para que los dos, padre y madre, iguales y complementarios, hicieran que el mundo y la historia viera nacer una nueva criatura.

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elcomercio Una mujer especial y única