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Jesús sube al Monte Tabor y les enseña a los discípulos el camino de la gloria, pero les advierte que a la gloria se llaga ... por la cruz y el calvario y nos enseña a nosotros que las desgracias, la enfermedad o la muerte no son consecuencia del pecado, los justos y los inocentes también sufren. Nosotros no tenemos poder para cambiar la dirección del viento, evitar las guerras o cambiar el corazón de los demás, pero podemos cambiar nuestra conducta, el interior, el rumbo de la vida. Tenemos la llave de la vida para usarla bien, sin culpar a Dios de los accidentes y desgracias. Podemos orientar la vida hacia el bien o al vacío; podemos cambiar lo exterior y el interior.

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