El Día de Asturias marca el inicio de un nuevo curso político, económico y social, que también define el rumbo del movimiento sindical en un contexto internacional de gran incertidumbre. Las tensiones geopolíticas y la persistencia de conflictos bélicos, como en Ucrania y Gaza, generan ... una atmósfera de inestabilidad global. A esto se suma la relevancia de las elecciones en Estados Unidos a finales de año. Estas elecciones tendrán un impacto significativo, especialmente en el ámbito económico. Recordemos que durante el mandato de Trump, España se vio afectada por la imposición de aranceles a numerosos productos.
A nivel europeo, el panorama también está enmarcado por la reciente celebración de elecciones, donde el crecimiento de la ultraderecha ha suscitado preocupación. No obstante, confiamos en que los grandes partidos seguirán implementando políticas efectivas. El nuevo Parlamento Europeo y el próximo Consejo enfrentarán tres desafíos clave: el primero es transformar los fondos COVID, actualmente extraordinarios, en fondos estructurales permanentes para garantizar la continuidad de empresas y empleos en tiempos de crisis. Es vital que Europa disponga de estos fondos para responder de manera efectiva a emergencias futuras.
En segundo lugar, Europa enfrenta un reto demográfico. La migración, en lugar de verse como un problema, debe ser considerada una oportunidad en una Europa con una población envejecida que necesitará de este capital humano. Es imperativo desarrollar políticas en los países de origen para evitar el éxodo masivo y, al mismo tiempo, trabajar en la integración de los migrantes, quienes serán fundamentales para el futuro de Europa.
El tercer reto tiene que ver con los costos energéticos. Europa debe establecer una estrategia energética común que brinde estabilidad y competitividad en los próximos diez años, especialmente en términos de electricidad e hidrógeno. Es crucial evitar la competencia desleal entre países de la Unión Europea en cuanto a incentivos energéticos, especialmente cuando España ha logrado producir energía más barata gracias a las renovables, mientras que otros países ofrecen mayores ayudas para paliar los altos costos de producción.
A nivel nacional, el inicio del curso está marcado por la parálisis política y legislativa. Es fundamental seguir impulsando la agenda social que ha dado frutos en los últimos años, con medidas como el ingreso mínimo vital, la reforma laboral, la reforma de pensiones y el aumento del salario mínimo interprofesional. Estas políticas han contribuido a la estabilidad del empleo y al aumento del consumo, lo que ha evitado crisis empresariales y ha permitido a España crecer a un ritmo superior al de otros países europeos.
En materia de pensiones, se ha avanzado para permitir la jubilación anticipada y parcial en más sectores, especialmente en aquellos donde trabajar más allá de los 60 años es físicamente exigente. Además, se ha trabajado en mejorar las pensiones de los autónomos y se ha llevado la denuncia sobre las indemnizaciones por despido al Comité de Derechos Sociales de la Unión Europea, que ha fallado a favor de España.
El diálogo social en Asturias también ha dado sus frutos, con la firma de la nueva concertación en septiembre, que incluye iniciativas como una ley de ciencia y proyectos estratégicos. Se establecerá una agencia de inteligencia artificial para garantizar que las nuevas tecnologías respeten los derechos laborales. Además, se creará una mesa de empleo para abordar la falta de profesionales en diversas áreas y se realizará un seguimiento de la ejecución de los fondos europeos.
Uno de los retos más importantes será el pacto social por los cuidados, que abordará la creciente necesidad de asistencia debido al envejecimiento de la población. Este desafío se presenta como una oportunidad para generar empleo y actividad económica, reflejando el éxito del sistema público de salud y la investigación.
En resumen, Asturias enfrenta un otoño de intenso diálogo social, con el objetivo de garantizar derechos fundamentales como la educación y la sanidad pública, y de participar activamente en el debate sobre el modelo de financiación autonómica. Es crucial que este modelo se base en los principios de igualdad y solidaridad, asegurando que Asturias no salga perjudicada en el próximo reparto de financiación.
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