Las reuniones, las cumbres internacionales, tienen el valor que tienen, normalmente el que queramos darle según el punto de vista y los intereses de cada uno. Los resultados suelen ser mucho más útiles y variados de lo que se anuncia en los comunicados oficiales y ... en las comparecencias de los líderes ante los medios. Unas comparecencias que cada día son más sintéticas, reducidas y controladas. En estos días han coincidido varias citas que se solapan unas a otras y evidencian que hay unos intereses ideológicos por encima de los objetivos para los ciudadanos de cada país. Por ejemplo, la Cumbre Iberoamericana en Ecuador, con escasa afluencia de líderes porque muchos han preferido asistir a la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, celebrado en Perú, y a la cumbre del G20 en Río de Janeiro.
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El rey Felipe VI representa a España en solitario por la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que sí viajó a la cumbre del clima en Azerbaiyán donde aseguró que el cambio climático es el responsable de las más de 220 muertes en España por la DANA. Habría que apuntar a la falta de inversión en los cauces, la limpieza de los montes y de los barrancos, el ecologismo radical que provoca una basura asesina cuando llueve de manera intensa como lo ha hecho toda la vida sin estas devastadoras consecuencias. Y la nefasta gestión de las alertas y de las medidas preventivas. Toda la culpa es del cambio climático sin admitir errores tan graves como los que hemos sufrido. Claro que hay que cuidar y mucho la naturaleza, pero la gestión humana es muy responsable.
En estas reuniones internacionales, en la de Perú, coincidieron el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el chino Xi Jinping, en un momento en el que el próximo inquilino de la Casa Blanca va a ser Donald Trump. El enfrentamiento entre Estados Unidos y China ha condicionado en gran medida la situación económica, comercial y tecnológica de los últimos años. Hace tres meses, la tensión se rebajó tras la visita a Pekín del responsable de seguridad nacional norteamericano. La presencia del líder chino en estas cumbres es una demostración también de la influencia del país asiático en América Latina, pero en el ambiente se palpa la inquietud por las decisiones que pueda adoptar Donald Trump a partir de enero.
Lo que puedan haber hablado y acordado los líderes internacionales entre sí, y en este caso las dos grandes potencias lo iremos viendo en las próximas semanas.
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