Humildad, trabajo y sacrificio
Javier Calleja Revilla pertenece a esa estirpe de hombres que saben tomar decisiones para cambiar el rumbo del partido en apenas quince minutos
Jaime Clemente
Miércoles, 18 de diciembre 2024, 10:25
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Jaime Clemente
Miércoles, 18 de diciembre 2024, 10:25
Nos damos cuenta de quienes somos realmente cuando empezamos a caer por el precipicio. Es en ese momento donde tenemos unas milésimas de segundo para saber reaccionar antes de acabar sobre los hombros de nuestros seres queridos. Javier Calleja Revilla pertenece a esa estirpe de ... hombres que saben tomar decisiones para cambiar el rumbo del partido en apenas quince minutos. Quizás alguno más si tenemos en cuenta el último compás de la primera parte. No se dejó llevar por el pánico ni por la ansiedad que suponía ir perdiendo dos a cero. No titubeó, sino que miró a la suerte como lo hacen los grandes toreros, templó la muleta y ajustó al equipo. Asumió la mala fortuna del portero, entendió por dónde podían tener ventajas los nuestros e hizo tres cambios en el descanso para salir a ganar el partido.
Y los jugadores respondieron para llevarse los tres puntos y honrar el escudo que llevan en el pecho. Ilyas, que sentó cátedra, y Cardero, junto a Portillo y Sibo, supieron sostener al equipo y aportar mucha seguridad, criterio y equilibrio. Alemão volvió a demostrar porque es el mejor delantero de la categoría y Josín -Hassan- que nadie puede seguirle el ritmo. Pero más allá de lo futbolístico, porque habría que mencionar la solidez defensiva de Luengo como central y la fortaleza mental de Braat para tener la entereza de sacar el balón jugado y quedarse en el medio para parar un penalti que fue decisivo, estos jugadores han conseguido remontar el encuentro porque confían en su entrenador y en su talento. Porque son un bloque sólido que no ha permitido que los malos momentos sembrasen dudas entre los compañeros y el cuerpo técnico, y se han dedicado a trabajar en silencio y a rendir en el terreno de juego.
Tenemos ante nosotros lo que tantas veces hemos exigido: compromiso y respeto. Lucha y sacrificio. Todos los gritos, abrazos y besos que hemos dado esta noche han sido justificados y merecidos. Pero todavía queda cerrar la primera vuelta contra el Córdoba el sábado veintiuno. No podemos dejar que la euforia nos haga celebrar la Navidad pensando en lo que pudo haber sido. Aunque con la humildad y el trabajo de Calleja estamos en buenas manos. Sigamos remando juntos.
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