Para los que no estén familiarizados con Julio Cortázar y su obra maestra 'Rayuela', este nombre tan bonito lo refiere el maestro en su capítulo y que lo define como 'algo como chocolate muy fino o pasta de naranja martiniquesa, en que nos emborrachábamos de ... metáforas y analogías, buscando siempre entrar'.

Publicidad

Y con este nombre tan bonito, un grupo de locos capitaneados por Belén Suárez Prieto hace años que son protagonistas de la actividad cultural de esta ciudad, centrándose en la música y en la literatura.

Me han leído muchas veces que quien en Oviedo no asiste a una actividad cultural es porque no quiere, por la oferta es variada y, unida a la institucional, quedan pequeños grupos de locos maravillosos que siguen creyendo que, cada día, es una fiesta que hay que celebrar, acaso cantando.

Belén Suárez Prieto es un personaje esencial en esta ciudad. Sus meriendas y desayunos ayudaron a mucha gente durante muchos años, trabajando con denuedo para que ningún niño fuera al cole sin tomarse algo caliente en la mañana. Y de ahí, a la cultura, otro lugar donde se encuentra cómoda, y especialmente a la música, donde vive más aún en su hábitat.

Publicidad

En el 'refugio' de La Salvaje, en la calle Martínez Vigil tienen su cuartel general este grupo de locos. Si usted pasa por allí, o si ve su programación en las redes, se encontrará gente sonriente y respetuosa, que acoge con cariño, y canta y baila –incluso con usted, recién llegado– al ritmo del pop o el jazz, de la música latina o del clásico remozado.

Allí les verá felices de encontrarse con otros y verá usted al grupo de músicos que, fieles a esa locura, acuden prestos a su llamada para compartir acaso una fría tarde de marzo en un concierto íntimo donde interpretan pausadamente sus temas y los comparten con los asistentes.

Publicidad

Así, ad exemplum, el pasado miércoles Pablo Moro y Álvaro Bárcena, tocando una pedal Steel guitar que daba gloria oír. Y ver sus manos sobre las cuerdas horizontales, trasladando a uno de un barrio de esta pequeña ciudad del Norte a cualquier estado sureño de los EEUU.

Y dentro de quince días, otro. Y después la programación del siguiente trimestre. Y el trabajo incombustible de quien disfruta de lo que hace y, sobre todo, disfruta compartiéndolo.

Y, aquí, en este humilde lugar que poblamos, debemos considerarnos afortunados de tener gente que adore la cultura, en sus más amplias expresiones, y contribuyan, junto con las instituciones que lo hacen del modo más global, a que nunca nos quedemos con ganas de seguir aprendiendo de los artistas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad