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Creo que ya les conté en una ocasión en estas páginas cómo Jack Ryan, dueño de Ryanair, llegó hace 25 años a un lugar de Italia al que nadie viajaba, porque tenía muy cerca una gran ciudad y le dijo al alcalde que quería comprarle ... un montón de praos que tenía allí, casi inútiles para montar una aeropuerto. Pedía entonces pagarlo a precio meramente simbólico, pero comprometía que ese aeropuerto iba a estar entre los 10 más habituales del país en cinco años, y si no era así, pagaría diez veces el precio acordado. Así se hizo, con algún problema judicial para el alcalde y concejales, pero ese aeropuerto (donde también hay un centro comercial y diez hoteles nuevos en la localidad en los últimos años) es el tercero de Italia.
Ryanair es de apuestas arriesgadas, pero ha puesto en el panorama mundial lugares a los que jamás llegaríamos de no ser por ellos. Fueron los primeros que hicieron realidad que pudiéramos viajar por cinco euros en total a otro país de la Unión Europea, y han llenado de actividad y de gente lugares desconocidos incluso para sus compatriotas.
En Asturias volamos a Madrid hace unos años pudiendo pagarlo gracias a esta aerolínea, que entró en competencia con una Iberia que, entonces, tenía un monopolio que le permitía cobrar lo que quería, y nunca era barato. Recuerdo que un billete en la segunda no bajaba de los 300 euros, mientras que en la primera no subía de los 40 euros.
Ha tenido diversas frecuencias en nuestra región y ahora nos anuncia que, a partir del verano, reducirá «significativamente» las rutas y vuelos desde y a nuestra región. Tiene como origen la discrepancia las excesivas tasas aeroportuarias que cobra AENA.
Ya hemos hablado de las ayudas de la región a las aerolíneas, que se han desvelado tremendamente útiles para mantenerlas en Ranón, pero resulta que AENA, que tiene el monopolio de los aeropuertos, y donde el Estado tiene el 51% del capital por disposición legal, no hace ni un solo 'guiño' a las empresas, y dice que si baja sus tasas, podría considerarse competencia ilegal por los organismos de control europeos.
Es decir, cero sensibilidad con quien afirma que las tasas son excesivas y que, si no se las bajan, tiene que reducir la frecuencia o irse de la ruta (y no se andan con tonterías, dejan de volar a Jerez o Valladolid por idéntico motivo, y esos aeropuertos, sin rutas, y con Sevilla y Madrid a una hora, les digo que les van a echar mucho de menos). Y parece que a la empresa estatal eso le da igual. Y que en Jerez y Valladolid se busquen la vida y en Asturias, si no vienen, pues nada ocurre.
Quizá no se den cuenta de que si las empresas no vuelan, ellos tampoco cobran sus servicios aeroportuarios. Y que para la región es un golpe cada vez que una comunicación se interrumpe. Y que hay que negociar con las compañías, que son los clientes de AENA.
Pero quizá todo eso les dé igual. El mes que viene, cobrarán las nóminas. 'Productividad' no viene casi nunca en la misma frase que 'empresa pública'.
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