Les Escuelines

Por eso me hizo especial ilusión escuchar al presidente del Principado hace un par de semanas contar un ambicioso proyecto para crear una red de escuelas 0-3 en toda Asturias que se integren uniformemente de modo que los niños y niñas de Castropol tengan los mismos derechos y servicios que los de Ribadedeva.

Pero me parecía difícil que se pudieren llegar a acuerdos en administraciones gobernadas por partidos distintos y que escasamente se encuentran. Pero la reunión de la consejera de Educación y el alcalde de Oviedo no pudo acabar mejor y por eso, una vez que en Oviedo se logre, el resto de municipios han de ir de la mano.

En Oviedo queda por perfilar cómo se van a pagar los sueldos de las educadoras (lo digo en femenino porque es un sector en donde son legión), que son superiores a los que parecen establecer los convenios, pero seguro que en eso se logra un acuerdo. El Ayuntamiento entiendo que puede seguir asumiendo una parte de los mismos, porque se le libera de enormes costes de mantenimiento, Seguridad Social, y los que asumía hasta ahora, que eran todos, porque nadie había aparecido por aquí a preguntar si se debía algo.

Si el proyecto que el presidente nos indicó que era propio y del que estaba especialmente orgulloso se logra, seré el primero en estar feliz (ya lo estoy viendo que puede lograrse) porque soy de los que creo que esa etapa de la educación temprana es uno de los momentos más importantes para nuestros hijos, que recuerdan siempre y que les marca el futuro.

Esos primeros contactos con otros que no son sus padres o abuelos vienen de la mano de aquellos a los que dejamos nuestros hijos apenas cuatro meses después de haber nacido. Con esa desconfianza inicial, con esa felicidad posterior, con ese agradecimiento eterno. Educadores infantiles, qué palabras tan bonitas.