Secciones
Servicios
Destacamos
Los que somos del Real Oviedo desde que tenemos uso de razón sabemos que podemos estar llorando el domingo a la noche. Que la historia ... no nos ha ayudado casi nunca, que hemos visto descensos y cuasi desapariciones, barro, campos infames y directivos incompetentes. Hemos sufrido mofas y burlas, sin perder jamás el amor por el escudo y la camiseta. Y, este fin de semana, una vez más, enfrentamos otro reto de esos mayúsculos que suma uno más de los últimos años.
Soy de los que he querido leer mucho esta semana. Aún no sé cómo veré el partido ni dónde. Estoy dudando si aislarme y aterrizar a las 20.15, porque mi corazón se está haciendo mayor y no sé si la cosa se pondrá terrible a lo largo de la tarde.
O quizá me miento a mí mismo y esté delante del televisor y con la radio en el oído a las 4.30, dos horas antes, escuchando las alienaciones y toda la previa y ojalá todos los postpartidos.
A fuerza de mordiscos de realidad, somos de los que se han vuelto pesimistas cada vez que enfrentamos un reto similar. Pero este año todo huele distinto, huele mucho mejor. La esperanza de la afición es notable, el equipo es de los que mejor juega en la categoría, si no fuera por los errores del VAR seríamos líderes, y podemos hacer cualquier cosa. Entrar en playoff, ganar a cualquiera y ascender a Primera.
Y sabemos que, además, nos la jugamos con nuestros vecinos de apenas 30 kilómetros. Y que lo más probable es que sea uno u otro, todo ello con permiso del Racing de Santander, que también está en el ajo.
Pero insisto en que este equipo que empezó colista y que recuperó puestos como nadie lo ha hecho (y acaso lo podría hacer en una categoría durísima) tiene la fe de todos los que solo conocemos el azul como color. De los 26.000 (se dice pronto) del pasado domingo en el Tartiere y de toda una ciudad que ansía volver donde le corresponde.
Cada equipo que pasa por aquí ha dicho que es el momento de regresar a la máxima categoría, por institución, por campo, por ciudad, pero sobre todo por fútbol, que al final es lo único que importa para ascender. Este año hemos visto un fútbol excepcional, y eso no nos lo quitará nadie.
Pero nos merecemos el premio. La historia no puede seguir siendo injusta con nosotros. A las 20.30 del domingo reiremos o lloraremos, como siempre, como todo aficionado que vive con pasión su equipo.
Pero hasta entonces, todo al azul, como siempre. Con toda la garganta, con todo el corazón, con todas las ganas. Después ya veremos lo que nos depara la diosa fortuna, que suele ayudar a los audaces.
Y la valentía no se nos puede negar. Somos del Real Oviedo, siempre, en cualquier circunstancia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.