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Hace décadas, cuando la familia se reunía en torno a la mesa para jugar, o sea antes de que estuviesen todos callados y cada uno por su cuenta absortos en la pantalla de su móvil, el juego del Monopoly ocupaba y entretenía las tardes de ... muchos domingos lluviosos. Eran otros tiempos, más humanos. En aquel juego había propiedades y billetes de dinero que se repartían a los jugadores. Las propiedades eran siempre las mismas, es decir, no aumentaban ni disminuían, con lo cual el precio de las mismas dependía de cuánto dinero se repartía entre los jugadores.

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elcomercio La inflación y el juego del Monopoly