Jo, jo, jo. ¿Cuál es la mayor broma del fútbol español? ¿El arbitraje?
Publicidad
Noooooo...La mayor broma es que con este nivel de latrocinio, hurto y corrupción, los clubes (excepto el Real Madrid y Barcelona, obviamente, grandes beneficiarios de esta farsa llamada competición) no se ... hayan plantado y establecido unas condiciones mínimas que garanticen que la competición no está adulterada.
Armar un club, hacer fichajes o pagar las nóminas de los empleados cuesta tanto dinero que no puede arruinarse por decisiones que, con la ayuda tecnológica, revientan la justicia y el espíritu del fútbol.
Así que no se entiende este robo constante, esta gran estafa que ha circulado durante décadas y que, de manera ingenua y hasta excesivamente respetuosa con las autoridades del fútbol, hayan permitido que se les robe partidos... y hasta Ligas. No se entiende.
Publicidad
Y vuelve a pasar lo mismo una y otra vez a todos los clubes, excepto a dos. ¿Cómo es posible que no haya una huelga indefinida hasta que el estamento arbitral no se limpie de la ponzoña de la que está compuesta?
Hay algo en España que resulta tremendamente agotador. Y es que el español medio (sí, como tú y como yo) protesta con violencia y agitación ante cualquier supuesta injusticia, pero sólo si no es importante.
Publicidad
Ante cuestión de relevancia y afecte a la vida cotidiana, el español (sí, tú y yo) se convierte en un ser diminuto, acomplejado y extremadamente cobarde. Así, que el bar se lleva de lamentos, las redes de justicia y las calles de indignación, pero a la hora de la verdad: NADA. Todo sigue siendo igual. La misma basura de arbitraje una y otra vez.
Las mismas víctimas, idénticos perdedores y, por supuesto, los mismos árbitros impunes, que amparados por un sistema que absuelve todos sus errores, intencionados o no, transforman su voluntad en ley.
Publicidad
¿Podemos hablar del partido? Sí, pero...¿Para qué? Un entrenador se pasa meses preparando los partidos, deseando que la suerte les acompañe porque, sin un delantero centro con apetito, sabe que para convertir un tanto necesita, como mínimo, cinco intentos claros de gol. Tanto esfuerzo para que un mononeuronal con silbato arruine el trabajo de un grupo de personas que ha hecho lo imposible para sostenerse en medio del océano de puntos.
El fútbol es, por sí mismo, un deporte que no suele ser justo, así que cuando le añades unos arbitrajes espantosos, el resultado es terrible. Lo mismo que vemos en la justicia española: puedes cobrar comisiones sin pudor por vender material médico defectuoso en plena pandemia con el dinero de todos y salir impune, pero que no se te cuele una factura mal hecha en tu declaración de autónomos.
Publicidad
Pero, qué se puede esperar de unos clubes que no se atreven a unirse o a reventar una competición de la que, en el fondo, son los dueños y señores. La resignación española es terrible porque vive disfrazada de indignación diaria, pero nunca de manera efectiva.
En fin, esta derrota y falta de genio lo vemos también en el Sporting, que acompañó su nombre con el de Quini, ese genio local, que le quitó la única posibilidad de título a Gijón con un polémico gol, tras evitar un fuera de juego por una lesión rojiblanca. O cuando estuvo a punto de evitar que la Real Sociedad se llevase el título de Liga en el 82 para dárselo al Real Madrid, que con los árbitros habían evitado la Liga del Sporting poco antes. Los mexicanos han venido a quitar esa mentalidad de 'loser'. Que se note. Por cierto, el equipo mejora.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.