Y lo digo con melancolía, porque yo era de ver mucho y bueno. Lo cierto es que llevo un tiempo que no soy capaz de ver películas españolas. A los diez minutos me encuentro cortando la película y buscando otra cosa. Y no acabo de ... entenderlo. Igual me equivoco, pero salvo excepciones, 'El Buen Patrón', 'As Bestas', 'La Sociedad de la Nieve', o el ahora anatemizado Carlos Vermut y su 'Magical girl', tengo la impresión de que la mayoría es un muestrario de crítica social rancia, dramas LGTBIynoséquémás, inanidades familiares, franquismo malísimo, cuotas en lenguas cooficiales, historias supuestamente graciosas con ocho apellidos, urbanitas que exploran su particular odisea rousseauniana, etc. No voy a dar títulos, para qué, basta con echarle un vistazo a cualquier plataforma, aunque ya advierto contra un tipo especialmente pesado: Albert Serra.
Publicidad
He preguntado a gente que sabe. Me cuentan que hay un sistema blindado de financiación pública que exime a los creadores de las responsabilidades de la empresa privada. También que las premisas ideológicas no dejan de filtrarse por todas las historias, que algunas veces devienen en mera propaganda. Todo esto genera ambientes endogámicos, y los círculos viciosos pueden serlo hasta el infinito. Si digo que el cine español es de izquierdas no voy a desvelar nada. Incluso recuerdo a un tipo diciéndome que los escritores debemos ser todos de izquierdas, porque la cultura es de izquierdas, cosa que me dejó ojiplático. Bueno, la cosa es que Bayona comentó que «desde la pandemia se han perdido muchos espectadores en el cine en general y necesitamos un público fuerte, estable y consistente porque es el que da músculo a las producciones». También dijo que «necesitamos que el público vuelva a las salas, especialmente el más joven». Venga, vamos a buscar soluciones para que incluso un pecador como yo regrese a la casa del padre.
Para empezar, no estaría mal que los actores no se marcaran esos discursos ideologizados, porque es muy torpe intentar vender una película y decir que la gente no va al cine porque somos unos fachas. Te puedes creer impune porque las burradas las sueltas rodeado de la tribu, pero las consecuencias son que mucha gente te enfila, y la peli puede ser potable, pero pasa como con el Wyoming, que durante la pandemia se le vio demasiado el plumero y ya no resulta gracioso. Y esto no es censura, es sentido común. Por otro lado, si la financiación fuera privada o pública con condiciones, eso limitaría las tentaciones de agit-prop y ayudaría a centrarse en contar una historia atractiva, sin grandes estridencias, que puede servir de denuncia, si quieres, pero que te hechiza de tal forma que no puedes apartar la mirada de la pantalla. Se me ocurre como ejemplo la serie francesa 'De sang et d´argent', que habla de las estafas millonarias que se cometieron con el IVA en el mercado de las emisiones de carbono, pero que resulta totalmente adictiva (la pueden ver en Filmin). Siguiendo en esta línea de razonamiento, puedes indagar en las miserias de ser madre, ya sea en el dolor físico, psicológico, en la falta de dinero para atender al crío, o lo que consideres: con talento e intención puedes convertirlo en una indagación apasionante, con un montón de preguntas existenciales, pero también puedes convertirlo en un soporífero panfleto contra la sociedad hípercapitalista y la dominación heteropatriarcal. Tengo algunos títulos en la cabeza, para lo bueno y para lo malo, pero el lector también tendrá los suyos.
Para que el público vuelva a las salas creo que, básicamente, lo que se necesita es contar historias sin ataduras ideológicas, sin esquematismos grotescos, sin maniqueísmo recurrente. Si quieres contar historias transgénero, puedes hacer cosas como la brillantísima 'La chica danesa' (Tom Hooper, 2015), que te puede salir igual de reivindicativa, pero sin el sermón y el petardeo en plan Samantha Hudson. Si Cervantes nunca vio contradicción entre entretenimiento y arte, no voy a ser yo quien coloque una frontera. Además, se agradece la ausencia de pretenciosidad y la soberbia perdonavidas de cierta izquierda moralista. El cine español recibió en 2023 subvenciones por importe de 170 millones de euros, y recaudó la mitad. ¿Estoy diciendo con esto que hay que cortar el dinero público? En absoluto, los franceses subvencionan su cine con un porrón de millones, pero allí tienen quien pastoree el asunto: el CNC y Unifrance. No me voy a extender sobre las características francesas, sólo les cuento los mecanismos: hacen estudios y análisis del mercado, gestionan racionalmente la financiación, ¡que en la mayoría de los casos, con condiciones, los beneficiarios tienen que devolver!; ayudan a la exportación y a la exhibición, evalúan los resultados, conforman círculos virtuosos que comienzan con la formación de audiencias ya en los colegios, etc. Y ahora vamos a los resultados.
Publicidad
El cine francés está presente en los mercados mundiales, exporta dos tercios de su cine, genera 350 millones de euros en cines extranjeros. Los franceses tienen a sus comerciales dando la matraca en Seúl, Nueva York, Pekín. A los directores franceses posiblemente no se les ocurre decir, como a alguno de los nuestros, que ellos hacen películas para sí mismos, no para el público. La cosa es que Bayona, cuando va a Estados Unidos, tiene que ir a pecho descubierto, cine por cine, para promocionar su estupenda 'La sociedad de la nieve'. La cosa es que Bayona comenta que, aunque se haga una foto con Spielberg, allí no pintamos nada. Javier Bardem es uno de los grandes actores de la historia del cine. Bayona es un director brutal. Y como estos, los diferentes apartados cuentan con profesionales españoles de altísimo nivel. Sin embargo, el retroceso de la industria nacional es constante. San Agustín hablaba de buscar el enemigo interior, y no victimizarse achacando la derrota a causas externas. Pero eso implica humildad, autocrítica, propósito de enmienda. Y esto sin dejar de leer el '¿Qué hacer?' de Lenin, que para eso está la dialéctica.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.