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Las ratas que habitan en las sentinas del PSOE hace tiempo que están inquietas. Nadie como ellas para saber cuándo ha entrado demasiada agua y el artefacto comienza a perder la horizontal. El futuro penitenciario que se vislumbra en lontananza también ayuda a salir pitando, ... sobre todo cuando un gobierno ha dejado de comportarse con criterios políticos y se asemeja más a la mafia calabresa. El 'Number One' ha hecho de la omertá un arte oscuro, y ha logrado la involución de un partido socialdemócrata hasta el parámetro binómico 'amigo-enemigo' de Carl Schmitt. Somos nosotros, los puros 'davidianos', contra los megarricos, los pseudomedios, los fondos buitre, las minorías poderosas, los rentistas, la internacional ultra, la derecha extrema y la extrema derecha. Este trasvase terminológico ya nos lo regaló la extrema izquierda podemita, vía Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, pero es muy triste verlo en un gobierno socialista que ya había renegado hace mucho de Largo Caballero.
Pero las ratas no se autoengañan. Los hechos ya no se pueden ocultar con propaganda. Una Begoña 'soy esposa de' poliimputada, igual que el hermano del 'Number One'; un Ábalos con su Koldo, siempre al santo y a la limosna; todo un fiscal general como García Ortiz, que acaba así después de tanto estudiar, y qué pena; el petrimetre Aldama, inevitable siempre, igual que lo fueron Amedo, Paesa, Bárcenas, etc. Los negritos van cayendo como en una novela de Agatha Christie, pero el proceso será agónico, el hundimiento se retrasará todo lo posible, y todavía no hemos visto lo peor. No están precisamente ayunos de amparo: ahí está Fernando 'nunca veo nada' Marlaska (sigo impresionado por el nivel de degradación institucional que implicó el paripé Puigdemont); ahí sigue muñendo Zapatero, mayordomo de sátrapas, ahora con perfil bajo tras lo pringosas que resultaron las elecciones venezolanas; ahí sigue emboscado Santos Cerdán; ahí sigue María Jesús Montero, siempre dándonos lecciones de clase y saber estar, y que en su infinita bondad incluso nos mostró desde su escaño cómo se hace un 'blowjob' en condiciones (¡gracias, María Jesús!). Con tal de sumar un minuto más tras los paramentos del poder, se apoya a la ultraderecha en Europa para que Teresa 'me sé todo el temario' Ribera pueda medrar lejos del barranco del poyo; se prometen soberanías fiscales imposibles y amnistías que no se aplican a los amnistiados; se busca la fractura social; se lanzan cartas 'fake' en grotesco remedo del populismo más bananero; se blanquean filoetarras, se canoniza a nacionalistas bien alimentados, se gobierna con fans de Lavrenti Beria. Se montan zapatiestas en las negociaciones prometiendo a unos socios lo contrario que a los otros. Caiga el templo con todos los filisteos y nosotros dentro, siempre que no haya alternancia y no gobiernen los Otros.
A estas alturas, un gobierno del PP con un par de ministros de extrema derecha (que será lo que vendrá) no haría ni una centésima parte del daño que está haciendo el 'Number One'. Por otra parte, un PP que parece incapaz de revertir la propaganda «progresista»; un PP que consiente la inepcia de un Mazón que debería haber presentado la dimisión por una cuestión de decencia. Mucha gente harta del capo di tutti capi que nos gobierna se pregunta si la derecha está capacitada para tomar los mandos. Porque no sólo será una cuestión de idoneidad y aptitud: tras el paso arrasador de Pedro Sánchez Pérez-Castejón se han creado tantos y tan peligrosos antecedentes, tantas malas prácticas, se han roto tantos pactos no escritos, que es difícil pensar que los siguientes no se aprovechen de las nuevas herramientas.
Las ratas comenzarán a correr por los pasamanos del buque, ya verán. Pero antes asistiremos a la versión patria del Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? Se intentará colonizar la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que es donde posiblemente acabará toda esta corrupción y nepotismo, incluida la hipotética imputación del 'Number One'. Veremos más disparates, aspavientos, retóricas estomagantes, flechazos enherbolados, usos alternativos del Derecho, aparte de guillotinamientos preventivos como el de Lobato, que intentó ser Lobezno y se quedó en lobito (no obstante, parece capaz: quizás tenga una resurrección en el postsanchismo). El 'Number One' programará más viajes presidenciales a cualquier lugar del planeta lo suficientemente lejos para que no estén al tanto de la siniestralidad española. Tendremos que aguantar a multitud de inflamados opinadores, tipo Angélica Rubio, a la espera de sus bien ganadas recompensas en forma, por ejemplo, de sillones de consejero en la televisión pública, con más de 100.000 moneditas de plata al año (siempre me sorprendía la vehemencia de esta señora, y ya ven, todo cuadra).
Sin embargo, repito, las ratas no se autoengañan: da igual el Congreso neutralizado, una Abogacía del Estado instrumentalizada, la Fiscalía manipulada. Da igual un gobierno lleno de canaperos, con aliados en constante depredación de los recursos públicos. Al final, las ratas saben que les esperan dos cortafuegos: uno, la prensa no adicta; dos, la independencia judicial. Ya terminando, sólo recordar un fragmento del ensayo de Gore Vidal 'El último imperio', en el que recuerda el discurso del vicepresidente del Senado americano en su retirada, Aaron Burr: «Esta Cámara es un santuario, una fortaleza del derecho, del orden y de la libertad; y es aquí, en este glorioso refugio, aquí, si ha de ser en alguna parte, donde se arrostrará la tormenta del delirio político y de las sigilosas artes de la corrupción; y si, Dios no lo quiera, la Constitución estuviera destinada a perecer por causa de sacrílegos ardides del demagogo o del usurpador, su agonía postrera se verá en esta sala»
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