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John Galliano o los infortunios del talento

Cuando ves sus colecciones, una explosión de creatividad intersectada con el cine o el teatro, te das cuenta de que el pollo que montó, aunque en Israel siente muy mal, no quita ni pone a su cariz artístico

Lunes, 9 de septiembre 2024, 02:00

He estado viendo unos cuantos documentales sobre diseñadores de moda: el del atormentado McQueen, el del Káiser, el de Versace, el de Halston, el de Saint Laurent (ese momento en que se asusta cuando se mira a un espejo), el de Dior… De todos, el ... que más me ha interesado ha sido 'Ascenso y Caída', de Kevin McDonald, sobre John Galliano. Es un relato de éxito, derrumbe con una hostia demencial y redención a medias. Entre 1990 y 2000 el señor Juan Carlos Antonio Galliano-Guillén, que es su verdadero nombre, de padre llanito y madre española, fue una figura inatacable de la moda. El personaje en sí es fascinante, un tipo tocado por un talento descomunal, lleno de demonios, como todos los creadores, y que extrañamente no parece mala persona (es una impresión personal). Galliano fue el primer diseñador británico que dirigió una casa de alta costura francesa, Givenchy, para luego pasar a Dior. Quién no se acuerda de sus cierres de desfile disfrazado de pirata o de Napoleón (está obsesionado con la película muda de Abel Gance de 1927).

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