Nauseabundo

Asumir con naturalidad, sin sobresaltos, que UGT y CCOO se manifestaran el pasado domingo contra la oposición, singularmente contra el PP, se convierte en tarea imposible y da idea de los penosos tiempos que vive nuestro sistema. Y que lo hagan para protestar porque no aprobaron en primera instancia el Decreto ómnibus a través del que el sanchismo pretendía un trágala con medidas variopintas que nada tenían que ver entre sí, y que atentaban con los principios que defiende los populares, enmarañándolo todo con las pensiones y las ayudas al transporte, evidencia que estamos en presencia de unos lacayos apesebrados que ponen por bandera seguir instalados confortablemente en el plácido colchón del presupuesto público. Esta noticia es de por sí repulsiva, pero sumada el mismo día y en los mismos telediarios a la del nombramiento de Óscar López para la Secretaría General del sanchismo en Madrid, nos trae a la mente aquella frasecita de Lady cianuro, la Fiscal que quería añadir unas gotitas de ese 'elixir' a la nota de prensa del Fiscal General. Aquí las han añadido de verdad.

Antes, cuando veía a Óscar López, inexorablemente, me venia a la mente aquella intervención que tuvo ante los medios hace años. Iba a darnos tres argumentos de peso para votar socialismo. «pensiones, desempleo y …». Fue incapaz de recordar el tercero. Y eran tres, solamente tres. En fin, para mí desde ese momento pasó a ser el 'maizón', esa persona que destaca por su altura pero poco espabilado y que, por tanto, solo puede sobresalir en política.

Pero al verlo ahora en su papel de líder de los sanchistas madrileños, elegido a dedo por el sujeto más mentiroso de la historia de España, y, por tanto, inminente víctima de Ayuso, no pude evitar recordar aquella canción de Jerónimo Granda titulada' Pepe´l Mazcayu'. En absoluto quiero ser ofensivo. Pero el significado de 'mazcayu' en asturiano de nuevo nos retorna al de 'maizón' y significa como este, inocentón, poco espabilau, e inocentón hay que ser para permitir que te endilguen el papelón de adversario de la Presidenta madrileña y aceptar así convertirte en la próxima muesca de su historia triunfal.

Para rematar, el miércoles pasado, el hermano de Sánchez dimite de ese no puesto. No es extraño, lleva años tratando de encontrar el despacho. En fin, nadie seguro de que se han hecho bien las cosas, tira la toalla, se defiende hasta las últimas consecuencias.

A pesar de ser democráticamente nauseabundos, me encantan estos episodios, huelen a desesperación existencial y anuncian que el fin del régimen está cerca.