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Idolatría

Afortunadamente, todavía quedan países serios y políticos como Macron, que apuesta por la salud antes que por el mantenimiento de los votos

Jueves, 20 de enero 2022, 02:07

La revista 'La codorniz', que albergaba a grandes humoristas, que fueron cayendo hasta ser sustituidos por la plaga que solo dice sandeces para provocar la risa vomitada, tenía una sección titulada 'Deportes hasta en la sopa'. Cuando yo me ocupaba de mejorar la seguridad en ... el trabajo no sentía temor por las charlas deportivas en radios y televisiones a la hora de la sopa, sino a altas horas de la madrugada. Por consiguiente, algunos señores que entraban a trabajar a las seis contaban lo que había vociferado un famoso periodista a la una. Ya he dicho que a mí el deporte en general, y el fútbol en particular, me producen un gran respeto, y puede que en algunos cerebros llegue a ocupar un lugar paralelo al de su madre. He comentado en otras ocasiones que a José Sirgo 'Pilu', colaborador de EL COMERCIO en tiempos en que los juicios consistían en apuntar con el dedo, le perdonaron la vida porque alguien gritó, vamos a dejarlo, que juega bien al fútbol. Pilu pudo contarlo porque tenía dones superiores a los de cualquier otra profesión menos valorada, como podía ser la de rector de la Universidad de Oviedo, por un lado, o la de un joven de Candás por otro, promesa maravillosa de la pintura y la escultura.

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