GASPAR MEANA

El hombre más rico del mundo

Ahora el trono mundial de la riqueza está ocupado por Bernard Arnault, un francés de 73 años que vende lujo. Nada menos que setenta marcas de prestigio (moda, cosméticos, bebidas...) pertenecen al imperio LVMH

Sábado, 17 de diciembre 2022, 20:39

Recuerdo que cuando era adolescente, en las listas de éxitos de las canciones más vendidas era habitual que una canción estuviese en lo más alto muchas semanas seguidas. Después, el proceso se fue acelerando y desde hace muchos años es casi imposible que permanezca dos ... semanas en lo más alto de la lista. Con la Lista Forbes de hombres más ricos del mundo está comenzando a suceder lo mismo. De hecho, Elon Musk destronó a Bezos hace poco tiempo y ahora el francés Bernard Arnault le arrebata el puesto a Musk, pero de forma intermitente, ya que ambos se intercambian la primera posición. Tanto Musk como Arnault tienen una fortuna estimada en torno a unos 180.000 millones de dólares cada uno. Como dato para reflexionar, la deuda pública e impúdica del Estado español supera dicha fortuna en más de un 750%. No hace muchos años, en Estados Unidos había una plaza en la cual, en tiempo real, una pantalla actualizaba los datos de la deuda pública total que tenía el país y añadía la frase 'con lo cual usted ya debe…' y ponía la cifra que cada estadounidense debía. Si eso se hiciera aquí, puede que algunos tomasen conciencia de la gravedad del problema.

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Volviendo a los magnates afortunados (Ford, Rockefeller, Gates, etc.), solían permanecer en el pedestal muchos años, pero ahora la globalización, las nuevas tecnologías y el 'mundo líquido', como lo definió el judío polaco-británico Zygmunt Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades del año 2010, han acelerado el proceso. Bauman, muy pedagógico en sus explicaciones, mencionó la metáfora de los cazadores, es decir, «aquellos que en el jardín luchan encarnizadamente por obtener presa porque no saben hacer otra cosa. No batallan por sobrevivir, ni siquiera por mantener un orden natural o artificial, sino que cazan, compiten por inercia sin tener en cuenta sus consecuencias. El mundo posmoderno es mucho peor y se le ha borrado el rostro humano». Las palabras del anciano y sabio Bauman rezumaban amargura y desilusión respecto al mundo que se acercaba y los hechos están demostrando que no le falló el olfato.

Decía el economista norteamericano Schumpeter (1853-1950) que observando quiénes son los más ricos de una sociedad tenemos una radiografía de esa sociedad. (Cuando Schumpeter dijo eso no había escaner todavía). Históricamente, el trono de la riqueza ha sido ocupado por personas con actividades empresariales o negocios que cambiaron nuestras vidas, como fue el caso de los fabricantes de automóviles, grandes financieros, tecnologías nuevas que cambiaron la forma de comunicarnos, como fue le caso de los fundadores de Google y Apple, etc. Pero ahora el trono mundial de la riqueza está ocupado por un francés de 73 años que vende lujo. Nada menos que setenta marcas de prestigio (moda, cosméticos, bebidas, etc) pertenecen al imperio LVMH, destacando Louis Vuitton, Loewe, Sephora, Christian Dior, Tiffany, Moet&Chandon y Bulgari. Desde que en 1984 Bernard Arnault se hiciera con el control del grupo Boussac, el cual era propietario de Dior y estaba al borde de la bancarrota, su fortuna no ha parado de crecer.

Las razones por las cuales se produjo el cambio en el trono mundial de la riqueza fueron básicamente dos. Por un lado, Arnault vende lujo y eso es algo muy importante en una sociedad como la actual, en la cual la gente no tiene ni tiempo para valorar la esencia de la persona que tiene en frente, con lo cual las apariencias son cada vez más decisivas a la hora del juicio previo que una persona se forma de otra. La vida es así, nos guste o no. Ya hace años el economista noruego Veblen expuso que había bienes que al subir el precio veían como aumentaba la demanda por un 'efecto calidad', después llamado 'Efecto Veblen' en su honor. La segunda razón de que Arnault esté desbancando a Musk es que hay mucha incertidumbre respecto al futuro de los coches eléctricos (el caos dubitativo del mundo occidental respecto al tema tampoco es que ayude mucho). A eso hay que añadir el accidente grave ocurrido en China con un coche de conducción automática, el cual era la apuesta principal de Musk. Todo ello hizo que el valor de las acciones de Tesla se haya reducido en un 50% en lo que va de año, aunque previamente había subido más de un 1000% en dos años. También la posición errática de Musk a la hora de adquirir Twitter no ayudó mucho a generar confianza.

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Y, pensando en un futuro próximo, ya pide paso para adelantar a Musk y a Arnault, Gustam Adani, presidente del conglomerado indio Adani Group, manteniéndose en posiciones de privilegio el mítico y anciano Warren Buffet, toda una referencia para los inversores.

Respecto a esa pantalla, la cual no hay ni habrá en España, que informe en tiempo real del importe de la deuda pública y de la parte asignable a cada ciudadano, estamos ante un problema como el de las pensiones. Es decir, gigantesco y casi sin solución. Algo así como 'La teoría del elefante en la habitación' que sostiene Kahneman, Premio Nobel de Economía del año 2002, que expone que «Un elefante es lo suficientemente grande como para que sea imposible que alguien no lo vea si está en una habitación, pero como no se sabe ni se quiere desplazar al paquidermo, entonces surge el autoengaño y se finge que no se ve al elefante». Pero está ahí y crece.

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