Historia y relato

Como ciudadano local me basta saber que mi pueblo tiene un pasado romano bien acreditado y me preocupa menos si se parecía más a la villa de Veranes con aldea circundante o a Emérita Augusta

Cosme Cuenca

Gijón

Viernes, 3 de marzo 2023, 01:56

A ojos inocentes la Historia aparece como disciplina aspirante a la objetividad, al fin y al cabo, narración de hechos. La realidad es que está sometida al menos a un doble grado de discrecionalidad subjetiva: qué contar y qué silenciar y cómo contarlo y valorarlo. ... El caso es que el historiador profesional de todas las épocas ha estado sometido siempre a una inquietante bipolaridad: atender el compromiso con lo que él cree la verdad o la demanda que llega desde el poder. A lo primero se suele llamar Historia, a lo segundo ahora se le llama Relato.

Publicidad

A los historiadores y arqueólogos César García de Castro y Sergio Ríos, autores del artículo sobre el pasado romano de Gijón que tanto ha molestado en instancias varias, los conozco de muy antiguo porque he tenido el privilegio de trabajar con ellos en frecuentes ocasiones, aunque ya lejanas, Naranco, Catedral, alguna otra. Inolvidables, en todo caso, para un arquitecto de pueblo, y lo que puedo asegurar es que, hasta donde yo sé, el Relato no ha entrado jamás en sus expectativas profesionales y aún diría más, a estas alturas los veo hormonalmente incapacitados para incurrir en tal modalidad historiográfica.

Por otra parte, como gijonés y asturiano -nada orgulloso de serlo en la medida en que tales condiciones son totalmente ajenas a la voluntad o al mérito del titular-, no acabo de entender las reacciones beligerantes fuera del ámbito académico. (Dentro del mismo sí, porque esas gentes graves y librescas en tocando a lo suyo van directas a la yugular). Como ciudadano local me basta saber que mi pueblo tiene un pasado romano bien acreditado y me preocupa menos si se parecía más a la villa de Veranes con aldea circundante o a Emérita Augusta porque, además, no está a mi alcance discernir entre ambas posibilidades históricas. Lo que sí alcanzo a percibir es que el poder elige Relato y se ilusiona con él, tiende a envolverse en el mismo y se revuelve inquieto cuando se le desmonta o se le discute. Por eso, dentro de la polémica suscitada por este caso, valoro positivamente la discreta reacción mostrada por la Administración, que bastante tendría, por cierto, con no entorpecer las iniciativas rehabilitadoras sobre el inmenso patrimonio cultural edificado que tutela, en proceso de progresivo deterioro, abocado a ruina irreversible cuando el asfixiante sistema cautelar vigente -normativa sobreprotectora, frecuentemente aplicada con pudibunda rigidez- deriva en el principal obstáculo para su recuperación. Dicho sea con cariño y dolor.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad