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Juan García (nombre inventado) es un asturiano de mediana edad. Se encuentra tan lejos de la jubilación como de considerarse joven a efectos laborales. Es decir, cada día tiene que ir al trabajo y no le queda más remedio que tirar para adelante. Sus hijos ... son mayores y buscan un primer empleo. Los ingresos del matrimonio son los que sustentan la economía familiar, muy achuchada en estos momentos por la alta inflación que vivimos. Pertenecen, pues, a quienes todavía no pueden incluirse dentro de la nómina de las pensiones, como ocurre con 308.000 personas en nuestro paraíso natural. Más de un tercio de nuestra población que verán, según acaba de anunciar el Gobierno de Pedro Sánchez, incrementados sus ingresos en un 8,5% para compensar la subida de los precios. Estamos, por tanto, ante la sufrida clase media asturiana. Esa que paga impuestos en silencio, mientras escucha a sus representantes hablar de políticas de redistribución y equidad social. Esto es, repartir la recaudación que se obtiene de esta gruesa capa de la población, entre los que considera menos favorecidos.

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elcomercio La historia de Juan García