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Estamos viviendo en una sociedad global donde se han acentuado claramente problemas que afectan a la humanidad entera: el cambio climático y la acumulación de ... armas nucleares cada vez mas terribles pueden acabar con la especie humana si la ciudadanía no toma conciencia activa por la paz mundial.
Estas semanas estamos viviendo una escalada informativa sobre la posibilidad de una guerra en Ucrania entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN, sin que la Unión Europea sea quien dirija las negociaciones con Rusia para establecer un acuerdo que fomente la relación pacífica entre todos los pueblos de Europa, entre los que están Ucrania y Rusia.
Para establecer un diálogo es necesario evitar una categorización tergiversada de la otra parte, en esta caso la que hacen los medios dominantes occidentales sobre Rusia, y en particular de su presidente, Vladimir Putin. Me parecen muy valiosas y adecuadas las informaciones que aporta Rafael Poch, periodista y escritor durante 35 años en Rusia, en varios artículos y en su libro 'Entender la Rusia de Putin'. Intento resumir y comentar algunas de sus documentadas opiniones.
Convendría comenzar, refiriéndose a Putin, con que el actual régimen ruso, tan denostado por Occidente, no lo fundó Putin, sino Boris Yeltsin, en nombre de valores liberales occidentalistas. Fue en los años noventa, bajo el gobierno 'liberal' y pro occidental de Yeltsin (con raras excepciones más bien habría que hablar de 'liberales-estalinoides'), cuando fue bombardeado el primer parlamento plenamente electo de la historia rusa, entre el aplauso de Occidente (octubre de 1993) y se impuso sobre aquella masacre (unos 200 muertos y miles de detenidos) un presidencialismo y una constitución autocráticos y un parlamento (Duma) consultivo e irrelevante. Esta memoria nos advierte contra el aplauso y el padrinazgo occidental de personajes alternativos a Putin; puede haber algo peor que Putin. Muchos rusos, seguramente la mayoría, así lo piensan.
La simple realidad es que en el mundo de hoy Rusiay China practican una política exterior, opuesta al belicismo y abierta a la diplomacia y el consenso en la resolución de los problemas internacionales, mucho más prudente que la de sus adversarios occidentales. Son las potencias occidentales las que han provocado y sostenido desde hace décadas las mayores guerras, desde el Vietnan a Irak , por solo citar las mas notables.
La tensión con Rusia conviene a Estados Unidos, cuyo dominio político-militar del continente depende de ella. Una relación normalizada entre Rusia y la UE acabaría con ese dominio y supondría para Europa ser una zona predominante, en lo económico y en lo social, del mundo. Y en el aspecto de las libertades democráticas, algún tipo de coalición entre Rusia y Europa iría en favor de cambios mínimamente democráticos no menores que los que se dan en países del Este que han sido admitidos en la Unión Europea (Polonia, Hungria... cuyos gobiernos hacen un bloque con Vox y los partidos ultraderechistas europeos). En Rusia y los países de su entorno son cada vez mayores los sectores que aspiran a un sistema con mayores cuotas de libertad y participación política. Solo en un contexto de paz y diálogo europeo se pueden dar estos avances.
Los partidarios de un orden internacional no imperial, menos injusto y más democrático que necesitamos para afrontar los retos del siglo (calentamiento global, desigualdad, exceso de población y proliferación de recursos de destrucción masiva), debemos recuperar los movimientos contra la guerra y desarrollar la cultura de la paz internacional y en las relaciones políticas tan deterioradas de nuestro país.
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