La guerra al servicio del patriarcado
ELENA OCEJO ÁLVAREZABOGADAS POR LA IGUALDAD
Miércoles, 9 de marzo 2022, 02:10
Secciones
Servicios
Destacamos
ELENA OCEJO ÁLVAREZABOGADAS POR LA IGUALDAD
Miércoles, 9 de marzo 2022, 02:10
La guerra es una de las herramientas más potentes del patriarcado para sobrevivir y perpetuar sus bases, para asentar sus principios, que los tiene. Pienso en mi hijo de 18 años, y sé que en Ucrania estaría ya movilizado. Lo imagino en la cola de ... reclutamiento, a la espera de su Kaláshnikov, de su uniforme y sus botas de soldado. Cómo si de un disfraz se tratara, cuando aquí, en Occidente, nos ha pillado en plenos carnavales, donde la guerra es un juego de fusiles, cascos, trajes de camuflaje y divertimento. De pronto la realidad nos supera. Mucha gente, al ver y escuchar estas terribles noticias de lugares tan cercanos, nos preguntan, incluso nos increpan: ¿Por qué los hombres? ¿por qué movilizan a los hombres y no a las mujeres? ¿acaso no es una decisión absolutamente discriminatoria? ¿Te das cuenta de que no somos iguales? Justamente ese es el cometido que el patriarcado ha proyectado para el varón, el rol asignado por el mero hecho de ser hombre. De ahí que el patriarcado sea tan pernicioso como sistema social, tanto para mujeres como para hombres. El sistema patriarcal en su reparto de papeles ha colocado al hombre, primero, en la obligación de luchar, de sufrir por ser hombre y después en la recompensa de la superioridad. El patriarcado reparte roles y los hombres deben ir a la guerra, pelear, luchar como machos y ganar, sobrevivir, vencer. A posteriori cobrarán sus tributos, recibirán su premio al valor, al honor.
Vuelvo a esos chicos, lejos de su casa, de su familia, arrebatados de sus sueños de su día a día, imagino el miedo, el dolor, las lágrimas, el adoctrinamiento previo. Apelan a su hombría para defender a su país y salvaguardar sus principios con las armas. No puedo ni siquiera imaginármelo. Pero visualizo ahora a esos chicos ucranianos aterrados ante los bombardeos de los cazas enemigos, jóvenes cuya única guerra conocida es la de 'Call of Duty', que en un clic finalizan y apagan el juego... Aquí no pueden desconectar y regresar a la partida en otro momento, ni siquiera reiniciar, esto va de otra cosa, de dolor, de frio, de miedo y soledad, de abandono. ¿Cómo se sentirán al tener que disparar de verdad contra otros chavales igual que ellos? Jóvenes movilizados sin piedad como marionetas de un sátrapa iluminado, o de un puñado de gerifaltes que han decidido por ellos. El ansia de poder, de someter, el empleo de la fuerza; dominar o ser dominados, esa es la esencia del mundo en el que se mueven y quieren perpetuar, como en tiempos de los bárbaros, conquistando territorios, sometiendo y aniquilando a la población. Y en este arcaico escenario de vida o muerte se asienta la superioridad del hombre sobre la mujer. Porque una parte de esos pobres soldados, que ahora sufren miedo, dolor y desazón, si pertenecen al bando de los vencedores, recibirán la gloria y el reconocimiento de sus pueblos, de sus gentes y por supuesto de sus mujeres. Serán los héroes a quienes rendir homenaje. El otro bando, los vencidos, serán percibidos como mártires, reconocidos siempre con el respeto de haberse inmolado por su pueblo.
Ellas no han ido a la guerra, no han escuchado silbar las balas o visto destrozados los cuerpos de su compañeros, sus miembros desperdigados, el olor de la sangre y la carne quemada, los gritos de terror... Eso lo justifica todo, ellos son los héroes y a ellos les debemos sumisión y pleitesía. En el sistema patriarcal la feminidad se sigue relacionando con la pasividad, lo emocional, la ternura y el cuidado de las demás personas, mientras que lo masculino es el poder y la acción, la fuerza, el control.
Tras la guerra se sucederán los desfiles de gloria, el reconocimiento, las medallas, ellos, los valientes, los superiores con quienes estamos en deuda: la vida, los valores, la patria... Han peleado por nosotras, por nuestras hijas e hijos y ese noble acto evidencia su supremacía y legitima el patriarcado. Es la esencia de la hegemonía más básica, la que pretende conducirnos a la sociedad medieval a cualquier coste. No saben aún los soldados victoriosos que después de ganar la batalla, deberán humillar al adversario, y la mejor afrenta, el mayor desprecio que conoce el patriarcado es la violación de las mujeres y niñas del enemigo, de 'sus mujeres' asumidas estas como una prolongación de ellos mismos, de sus posesiones.
Realmente para el patriarcado el género es una construcción social en cuyos valores nos iniciamos desde la infancia y en estos tiempos de cambios que pretenden ser radicales en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, la contienda bélica se impone también para frenar los avances en igualdad y volver a un pasado tan negro y cruel como la misma guerra.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.