Adrián y la inflación
Gonzalo Centeno
Diputado de Vox en la Junta General del Principado
Viernes, 4 de abril 2025, 00:11
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Gonzalo Centeno
Diputado de Vox en la Junta General del Principado
Viernes, 4 de abril 2025, 00:11
La inflación ha sido la gran aliada de Adrián Barbón en su propósito de elevar la recaudación tributaria. La mitad del incremento recaudatorio del IRPF ... entre 2019 y 2023 (más de 400 millones en el caso de Asturias) se ha debido a la inflación, según cálculos de Balladares y García-Miralles. El resultado es que la política fiscal de los socialistas ha sido uno de los factores de estrés que ha contribuido a la disminución del poder adquisitivo generalizado de las rentas medias y bajas.
La inflación desbarata la progresividad del impuesto y lo hace, entre otras, por estas tres vías: primero, porque se gravan los ingresos de los contribuyentes en términos nominales y no por su valor real erosionado por la inflación. Compramos menos con el mismo sueldo. En segundo lugar, si el pagador de nuestras rentas las actualiza al efecto del IPC es muy probable que se produzca un salto de tramo en la tarifa no actualizada del impuesto, lo que constituye la segunda vía para incrementar la recaudación. Por último, el tercer elemento es que la inflación va erosionando el valor de las deducciones o de los mínimos exentos si estos no son actualizados. Por ejemplo, el mínimo personal y familiar, que es de 5.550 euros, no se actualiza desde 2015. Si se trajera a euros de 2024 deberían ser 6.715,5 euros.
Como advierte Romero-Jordán: «La ausencia de indexación en el IRPF es equivalente a una reforma fiscal implícita y al alza que no exige aprobación parlamentaria». El «injusto moral» que ya citaba el padre Juan de Mariana y la escuela de Salamanca: «la inflación es el impuesto más amoral que existe y el más injusto puesto que castiga a los más necesitados».
Y esta es la cuestión. Con la legislación actual el Gobierno del señor Barbón puede modificar tanto la tarifa como los mínimos personales y familiares del IRPF en su tramo autonómico. Lleva legislatura y media sin hacerlo, seis años. ¿Es un capricho? No, es puro seguidismo a los intereses y a las consignas de Sánchez. Los intereses de los asturianos siempre quedan en un segundo plano.
Adrián y su consejero de Hacienda prefieren hacer ingeniería social a través de la fiscalidad mediante una serie de deducciones cuyo impacto para la generalidad de los contribuyentes es muy limitado, según han indicado entre otros el Colegio de Economistas de Asturias, el REAF y FEDEA, por no hablar de su ineficiencia burocrática puesto que las deducciones autonómicas no aparecen en el borrador de la declaración que la AEAT envía a nuestros domicilios; sí se confirma este borrador, casuística muy habitual entre los no expertos en la materia, las deducciones… se pierden. Tampoco alcanzarían a las rentas más bajas que no hacen la declaración por estar exentas, por ejemplo, rendimientos del trabajo inferiores a 22.000 euros. O a aquellas que no generan cuota íntegra por ser inferiores a los mínimos personales y familiares. Y a esto le llaman sus socios de Izquierda Unida fiscalidad diferenciada. ¡Y tanto! No es más que simple desconocimiento del mecanismo del impuesto e imposición ideológica.
Pero como en la fábula del rey desnudo ha tenido que venir un niño a rescatar la verdad. En este caso, el niño se llama Salvador Illa.
El primer tramo de la tarifa autonómica de Cataluña era el más alto de España hasta el reciente anuncio de la Generalitat indicando que se reducirá hasta el 9,5%, lo que sitúa a la fiscalidad asturiana en el número uno en el tramo que grava a las rentas más bajas, el 10%. Todo un ejemplo de progresividad. Así trata el gobierno socialista a los más desfavorecidos. En el mismo día del anuncio, en apenas tres horas y ante el escándalo, nuestro consejero de Hacienda tuvo que improvisar una nota de prensa para decir «que están estudiando una rebaja en el gravamen del tramo autonómico del IRPF para las rentas más bajas»
Que están estudiando... Salvador Illa ha anunciado que la medida tendrá efectos desde 1 de enero, alcanzando por tanto al IRPF de 2025. Adrián y su consejero están estudiando hacer algo para 2026. Que Dios nos pille confesados.
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