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Recuerdo que hace casi un cuarto de siglo, estando en París, me llamó la atención que la noticia destacada de la prensa francesa era la apertura de la primera tienda de Zara en la ciudad del glamour. Si hay alguna empresa española que sea una ... referencia mundial es Inditex, la compañía del gallego Amancio Ortega, que tiene a Zara como bandera visible. Desde aquel lejano 1975, cuando abrió la primera tienda en la ciudad de A Coruña hasta hoy, han pasado muchas cosas, aunque el inicio del verdadero despegue tuvo lugar en la década de los noventa. Pero Inditex es ahora portada de la prensa financiera por tres razones:
La primera es que, en un hecho sin precedentes, ha reducido superficie comercial, al bajar de los 5 millones de metros cuadrados. Hay que tener en cuenta que hace 25 años la superficie dedicada a venta directa rondaba los 200.000 metros cuadrados. Desde entonces el incremento fue incesante con una expansión por todo el planeta, aunque observando el gráfico de crecimiento ya se apreciaba una ralentización en las aperturas en los últimos cinco años, lo cual se consumó ahora, al ser el primer año en el que hubo 751 cierres de tiendas y sólo 111 aperturas, con un saldo neto de 640 puntos de venta cerrados. En estos momentos el grupo Inditex cuenta con 6.829 tiendas abiertas repartidas como sigue: Zara 2.653, Bershka 1.005, Stradivarius 936, Pull&Bear 873, Massimo Dutti 677, Oysho 600 y Uterqüe 85. La disminución de 640 tiendas en un año, supone un porcentaje respecto al número de tiendas del año anterior del 8,5%, mientras que, en cambio, la superficie cerrada fue del 5,1% respecto al mismo año de referencia. Es decir están aguantando mejor las tiendas grandes que las pequeñas, una tendencia que parece que se repite a nivel mundial en grandes grupos.
La segunda es que las ventas online siguen aumentando constantemente y el crecimiento en el año 2020 fue del 77%. De la facturación del grupo Inditex, el sistema online ya supone el 32,4% del total. Esta tendencia también es coincidente en otros grandes grupos de moda y, a la larga, acabará desplazando empleo de un perfil 'chica joven dependienta' a otro centrado en 'repartidor-logística de transporte'. No tardando mucho, las colas se formarán en Amazon para recoger los paquetes en lugar de en las tiendas del grupo Inditex.
El tercer tema que llama la atención es la política de dividendos. Las ventas se han reducido un 28% respecto al año anterior, lo cual es totalmente lógico por el efecto del covid-19, y el beneficio ha caído un 70%. Hasta ahí, nada raro, porque seguir teniendo beneficio ya es algo difícil de conseguir. Pero lo sorprendente es que la empresa ha decidido duplicar el dividendo. Es decir, bajan los beneficios un 70% pero el reparto de ganancias o beneficios aumenta un 100%. Eso puede indicar, sobre todo, dos cosas: la primera, que en la empresa no vean claro la forma de seguir creciendo y prefieran repartir dividendos, ya que un exceso de liquidez ocioso no tendría sentido. La segunda explicación sería que ante una posible fuga futura de accionistas y el peligro de bajada en la cotización de la acción, hayan preferido hacer más atractivo el valor aumentando el dividendo, aunque eso en el fondo es un autoengaño, ya que la acción cuando se reparte un dividendo baja de valor en la misma medida. (Si no fuese así sería mágico e irracional). Estas dos posibles explicaciones están contempladas dentro del conocido Teorema de Miller&Modiglini. Cuando las empresas están en fase de gran expansión, como las tecnológicas, no necesitan dar dividendos para mantener fiel al accionista, porque el beneficio se va a obtener por la revalorización de la acción. Como caso paradigmático, hay una entidad financiera bastante cercana que llegó a ampliar capital para de ese modo poder pagar dividendos con el dinero captado, lo cual a cualquiera que se pare a pensarlo cinco minutos le debe hacer reflexionar. En cualquier caso la política de dividendos anunciada por Inditex podría sembrar dudas respecto a las posibilidades de expansión futura de la compañía.
El mundo está cambiando y los mercados financieros (bonos, acciones, etc.) están sujetos por finísimos alfileres y sustentados por la política monetaria expansiva de la FED y del BCE. O sea, algo así como si en el juego del Monopoly las propiedades subiesen de valor porque los jugadores han decidido fotocopiar los billetes con los que están jugando y ahora tienen más billetes, pero la situación de fondo sigue siendo la misma. El economista neoyorquino Michael Spence, Premio Nobel de Economía del año 2001, compartido con George Akerlof (marido de Janet Yellen, presidenta de la FED) y con Joseph Stiglitz, ha advertido recientemente de que si 'la fotocopiadora' del BCE y de la FED dejase de funcionar al ritmo galopante al que lo hace, los mercados podrían caer con estrépito…Pero de momento sigue la fiesta un día tras otro.
En cualquier caso, los tres giros dados por la empresa Inditex, la cual se ha distinguido por saber navegar en aguas turbulentas, se podrían resumir así: disminución de tiendas físicas, desarrollo de la venta 'online' y duplicar el dividendo, aunque los beneficios se hayan reducido un 70%. Esos giros pueden indicar nada o mucho, según la perspectiva con la que se analice, algo así como la conocida como 'Ley de Campoamor' que dice: 'En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira'.
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