Sedentarismo en Educación

Un claro ejemplo lo tenemos en la convocatoria para incorporarse a la Red de Centros Educativos Promotores de la Actividad Física y Salud (CEPAFYS) que este curso ha quedado desierta. ¿Cómo explicar que un programa que fomenta desde el yoga hasta los descansos activos, pasando por talleres de alimentación saludable o primeros auxilios, haya quedado relegado y sin apoyo por parte de la Administración? Un proyecto que podría haber sido un antídoto contra las epidemias silenciosas de nuestro tiempo (obesidad, ansiedad, aislamiento) ha sido borrado del mapa institucional.

Luego vendrán las alarmas por el aumento de enfermedades en jóvenes, de hecho, la propia Consejería ha publicado un informe en el que admite una «alta prevalencia de obesidad infantil en Asturias», incluyendo recomendaciones para una vida activa y saludable desde el área de Educación Física.

Sin embargo, en lugar de aplicar sus propias recetas fortaleciendo sus programas, eligen su muerte por omisión. Hoy la Red está en estado de coma. Tras ser trasladada de departamento en departamento, sin presupuesto ni respaldo, ha terminado relegada al olvido y ni siquiera figura en la circular de inicio de curso.

¿De qué sirven los diagnósticos si no hay herramientas para curar? Sin coordinación ni recursos, los centros se ven obligados a sostener proyectos gracias al voluntarismo, esfuerzo y la implicación personal del profesorado ya de por sí sobrecargado.

La falta de soluciones para que los centros educativos puedan ceder sus instalaciones a la comunidad, también evidencia el desinterés de la Consejera. Es el caso del Colegio Cervantes, donde, tras meses de espera, ni su director, ni la Consejería han movido un dedo para resolver la situación.

Señora Lydia Espina: cada programa abandonado, cada instalación desaprovechada, es una oportunidad perdida para una generación que merece crecer sana. Si de verdad le importa la salud del alumnado asturiano, demuéstrelo con hechos, no solo con palabras vacías.