El Fontán resiste

Todo un símbolo de los problemas de la gestión de la mayoría absoluta del equipo de gobierno como monólogo y como rodillo sin matices, tanto frente a la oposición municipal, como en sus relaciones conflictivas con otras instituciones como la Universidad de Oviedo y también limitando la participación con la sociedad ovetense organizada, con el pésimo sucedáneo de los alcaldes de barrio.

También como símbolo de la resistencia a la imposición del modelo de ciudad franquicia o ciudad pastiche por parte de la mayoría conservadora, hoy presente en la entrada de Oviedo, en la orientación del Palacio de los Deportes o del Mercado del Fontán como centros multiusos, y en la lógica constructiva y del monopolio de la hostelería y del turismo como monocultivo de un supuesto crecimiento económico de la ciudad.

Así, no es de extrañar que mientras los acuerdos se cuentan con los dedos de una mano, los desacuerdos y las confrontaciones públicas estén a la orden del día.

En Oviedo es urgente el diálogo y un modelo compartido de ciudad.