En los últimos tiempos se ha convertido en norma lo que ha sido una de las características del actual modelo de gobierno basado en una ... relalidad paralela en Oviedo. Más allá de su consideración o no como publicidad institucional con cargo al presupuesto público, a mayor gloria del equipo de gobierno, nos interesa poner en evidencia el estado de obras como metaverso y como trampantojo, por un lado, de las carencias y, ante todo, de la urgente necesidad de un proyecto compartido de ciudad para Oviedo que ordene las posibilidades y las prioridades de nuestro concejo y de nuestra ciudad. Porque la ausencia de orden nos hace perder oportunidades y para que lo haya la política tiene que dotar a Oviedo de un propósito. Cuando hay impulso político Oviedo cambia. El propósito de Oviedo es ser capital del conocimiento y, por tanto, necesita una nueva realidad material.
En primer lugar, no deja de llamar la atención que el estado de obras se concentre precisamente en el año electoral, con las excusas habituales de la pandemia y de las consecuencias económicas de la guerra (aunque se aproveche para hablar de una crisis económica que solo existe en la imaginación de la derecha española), a las que se suma la lentitud de la Administración y de la legislación 'que parece hecha para impedir que se pongan en marcha los proyectos, entre otros, del excelentísimo Ayuntamiento de Oviedo'. Aprovechando para el reproche habitual a la izquierda, a la que se acusa de seguir en el 'no' y empeñada en criticar la gestión. Y es al final de la legislatura cuando el gobierno local trata de visibilizar proyectos que deberían gozar ya de realidad y no sólo tener una existencia meramente electoral. El desorden político es un lastre.
Sin embargo, no seremos nosotros y nosotras los que entremos en el Ayuntamiento de Oviedo con los reproches a la coyuntura, la herencia recibida y el enemigo interno, como marca de la casa para eludir el cumplimiento de nuestros compromisos y la máxima exigencia en nuestras responsabilidades. El orden comienza por la voluntad de gobierno constructivo, de acuerdo y de pacto, de transparencia y de gestión. Oviedo necesita una política que se sitúe a la altura de la sociedad ovetense. Nuestra alternativa entiende que la construcción de Oviedo comienza por la inauguración más importante, la de una política constructiva que nos incluya a todos.
Por eso no vamos a caer en el error de criticar por criticar las obras emprendidas por el actual equipo de gobierno, ni siquiera entraremos a valorar si sus argumentos para la tardanza son más o menos sólidos. Muy por el contrario, nos alegramos de que por fin se lleven a cabo y compartimos que independientemente de las legítimas críticas y las alternativas a los proyectos, una vez iniciadas las obras contarán con el apoyo y la comprensión de los ovetenses y de nuestra candidatura. Y, sobre todo, que en ningún caso bloquearemos su desarrollo con el consabido argumento del cuanto peor para el gobierno, mejor para la oposición. Consideramos que la principal labor de la política no es la crítica, que es indispensable, ni la propuesta, sin la que no se puede gobernar; la labor política más indispensable y sin la cual la función política se vacía en el populismo es el establecimiento de prioridades. Es muy complejo, porque necesita de pactos, de explicación sobre la prevalencia de unos proyectos sobre otros y de acuerdos más allá de los gobiernos y que incluyan a los funcionarios. Una gestión fundamentada en el diseño de prioridades dota de la estabilidad que conjura la demagogia. El establecimiento de prioridades requiere esfuerzo y confiere orden, sin él la política se instala sólo en la crítica destructiva y en una carrera por la promesa más efectista. Sin prioridades todos los presupuestos serán problemáticos.
Por eso vale la pena diferenciar el apoyo a las obras en ejecución, como el rediseño de la entrada de la 'Y' con la glorieta de la Cruz Roja o la rehabilitación integral del Palacio de los Deportes, del resto de los proyectos de obra, que son los más significativos y que todavía se encuentran en trámite de contratación o de aprobación, como el acuerdo con el Ministerio de Defensa y el Principado en relación con los terrenos y las instalaciones de la Fábrica de La Vega, pendiente de la aprobación del convenio urbanístico por parte del Pleno del Ayuntamiento de Oviedo y que es la actuación clave para el rediseño de la ciudad. Por eso la definición de sus proyectos, momento posterior al protocolo y al convenio, es tan importante y una oportunidad de incluir en su diseño y ejecución a técnicos cualificados asturianos. En los proyectos de La Vega y en la recuperación de El Cristo se encuentra un eje de esa capitalidad del conocimiento, ese propósito antes mencionado.
Sobre todo, cuando han sido objeto de una fuerte polémica pública y de idas y venidas en sus previsiones, que, salvado lo fundamental de lo proyectado, pueden ser objeto de mejoras sustanciales en ejercicio de las competencias municipales en el planeamiento, en la ubicación, la densidad y la calificación tanto de las viviendas como de los viales, para cumplir el compromiso compartido de poner el futuro de La Vega al servicio del barrio de La Tenderina, de los ovetenses y de la región metropolitana que de hecho es Asturias.
Por otra parte, nos alegramos especialmente de que el equipo de gobierno haya asumido el modelo de los centros integrados como parte del corazón de los barrios, que venimos reclamando hace tiempo en Ventanielles y La Florida, si bien nos preocupa que estos languidezcan por falta de conservación, de actividades y, sobre todo, de participación en los consejos de distrito, como ocurre en la actualidad con la mayoría de los centros sociales de los barrios de Oviedo. Más allá de esta descentralización administrativa de los servicios públicos que facilita la vida de las personas, hay que llevar el centro de Oviedo a todos los barrios cuidando y rehabilitando sus zonas más simbólicas, que son fuente de negocio y vida comunitaria. Pero como decíamos en el inicio de este artículo, el apoyo a las obras, la rectificación de los proyectos que hemos mencionado y el compromiso de no polarizar ni bloquear la gestión, es perfectamente compatible con denunciar la actual carencia de modelo horizonte para la modernización de Oviedo, más acá y más allá de los límites del Concejo.
Un modelo futuro para la ciudad y el concejo de Oviedo que debe ser compartido no solo con las fuerzas políticas y con los Oviedos de la capital, de la ciudad y del medio rural, del área metropolitana, de la Universidad, de la sanidad y de cada uno de los barrios, sino con las distintas administraciones, que deben pasar de la rentabilización cortoplacista y el troceamiento de Oviedo a respetar sus competencias y a compartir el proyecto de futuro de una ciudad más integrada con sus barrios y con el área metropolitana, más amable con sus ciudadanos y con su entorno, más atractiva para los jóvenes y también más europea. Nuestro gobierno será el que sume todos esos oviedos, a las fuerzas políticas, a las administraciones, a la sociedad civil y, por tanto, a toda la ciudadanía. En definitiva, sumar Oviedo para construir.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.