La Universidad es la piedra angular para el presente y futuro de Oviedo y de Asturias. El conocimiento es la base de cualquier proceso productivo, sea de nueva industrialización o de otro tipo. Porque el modelo productivo de la ciudad y de la región va ... mucho más allá de la gallina de los huevos de oro del turismo o el gastro-consumo. También lo es del cambio ineludible en el modelo de desarrollo social y de movilidad.

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La zona alta de Oviedo, como es la de El Cristo Buenavista, ha sido el lugar donde se concentraron históricamente los equipamientos de transcendencia regional como la ciudad sanitaria. En consecuencia, es donde más se notan hoy las consecuencias del abandono de los usos sanitarios con su traslado a la antigua zona de La Cadellada dejando algo más que un solar: un verdadero agujero negro. Todo ello, propiedad de la administración central, y en menor medida del Principado y el Ayuntamiento de Oviedo, lo que hace imprescindible un pacto para cualquier posible alternativa.

El reto de reordenar y revitalizar este conjunto tiene la suficiente identidad propia para que pueda ser considerado como parte del Proyecto de Capitalidad y, por lo tanto, puede y debe participar en la conformación no solo de la Universidad sino de la ciudad del futuro y por ende de la capital y de su zona metropolitana.

Por eso, después de dos décadas es necesario concluir que la estrategia seguida hasta ahora no ha sido la más adecuada a tenor de sus resultados y que, por tanto, hay que cambiarla. El modelo del concurso internacional y de la rentabilización del suelo por parte del Estado ha dejado mucho que desear. Un acto fallido que a su vez ha producido un efecto rebote y la desconfianza ciudadana. Volver atrás sería empecinarse en el error.

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Proponemos una forma diferente de intervenir: renunciando a esperar a Godot y al plan integral y, por el contrario, haciendo de la necesidad virtud, proponiendo proyectos parciales posibles y efectivos para El Cristo. Una estrategia que vaya de lo particular a lo general: de edificio a edificio y zona a zona para finalmente englobarlos en una urbanización general. Evitando con ello una larga tramitación urbanística y su premisa ineludible; la burocratización.

De hecho, hay quienes ya han iniciado el proceso. De una parte, el proceso de cesión de la Tesorería de la Seguridad Social para la utilización de Silicosis, Consultas Externas y Maternidad para la ampliación del campus de la Universidad de Oviedo. De otro, el derribo del resto de las instalaciones deterioradas al borde del colapso de propiedad de la Seguridad Social y del Principado. La Universidad debe ser el objeto central de la intervención. Y, más allá de las dudas que pueda llegar a generar, esta estrategia modesta tiene una ventaja con respecto a otro tipo de programas, sobre todo, sin caer en la independencia de los campus anglosajones, porque la intervención también debe revitalizar el lugar. Lo que se llama promover una 'diversidad de usos'; algo que, por otro lado, están muy necesitadas las ciudades del futuro, en general y, Oviedo, en particular.

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El liderazgo de todo ello debiera ser del Gobierno regional y también del Ayuntamiento de Oviedo, desplegando la metodología iniciada por la Universidad y haciéndose cargo a su vez de las demoliciones y de las futuras inversiones de forma mucho más ágil de lo hasta ahora anunciado, todo en un marco de diálogo con el Gobierno central para reordenar y revitalizar un ámbito fundamental para el futuro, no solo de Oviedo y sus vecinos, sino de la Universidad y del centro de Asturias. Al menos, al mismo nivel que el de La Vega.

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