Fuegos de artificio

Estas declaraciones, como tantas otras, y de todo tipo, deberían entenderse y aceptarse dentro del ámbito de la libertad de expresión. Ese es el criterio de una persona y se puede estar de acuerdo con él o no (yo no lo estoy), pero no habría que darle una excesiva importancia, especialmente, sacándolo del ámbito del mundo de la moda, en el que esos comentarios fueron hechos.

Sin embargo ante esta 'aparición estelar', rápidamente otra mujer, también muy conocida, aunque esta en el terreno del periodismo, declaró que «hay algunas que mean tanta colonia que deberían embotellarla y venderla».

En cualquier caso, lo que no deja de sorprender es que a estas alturas los medios de comunicación entren en esa espiral de réplicas y contra réplicas para hablar de un asunto al que en ningún momento debería dársele una importancia que no tiene.

Las mujeres (mayores y menores de 40 años) que padecen brechas salariales respecto a los hombres, que sufren la violencia machista, las que son cuidadoras sin recibir ningún tipo de salario, las que conocen la precariedad laboral y un índice de paro inaceptables, no necesitan que se hable de la longitud de su pelo o de la de su falda. Lo que necesitan es que, de una vez por todas, se les de la cancha que precisan y, en justicia, les corresponde. Todo lo demás son fuegos de artificio.