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'In God We Trust' ('en Dios confiamos') es la frase que aparece en todas las monedas de dólar desde 1864, cuando el Departamento del Tesoro, en plena Guerra de Secesión norteamericana, decidió reforzar la confianza en el dólar apoyándose en el hondo sentimiento religioso ... que en aquellos momentos existía al otro lado del Atlántico. Posteriormente, el 30 de julio del año 1956 el presidente de aquellos momentos, Dwight Eisenhower, el famoso Ike, consiguió sacar adelante una ley en la cual dicha frase se convertía en el lema oficial de la moneda estadounidense, lo cual permitió al secretario del Tesoro George Humphrey ordenar la impresión de la misma en letras mayúsculas en los billetes de dólar, a partir del día 1 de octubre del año 1957. La frase mencionada también está en la bandera oficial de los estados de Florida y de Georgia.
Y esa frase parece estar de actualidad en los mercados, porque por diversas razones el dólar vuelve a gozar de la confianza de los inversores, con un tipo de cambio respecto al euro que se acerca cada vez más a la paridad, ya que un euro se cambia por 1,06 dólares o lo que es lo mismo, un dólar se cambia por 0,95 euros.
Durante mucho tiempo las economías del área euro y del área dólar tuvieron problemas parecidos y necesidades similares, derivados de un alto déficit, bajos tipos de interés e inflación a nivel casi cero. En ese escenario, las divisas compitieron por ser débiles, en una especie de sutil guerra, ya que una divisa débil hace atractivas las exportaciones, lo cual relanza la economía y genera empleo. Eso sucedió hace más de una década, bajo los gobiernos de Bush jr. y de Obama y con Ben Bernanke al frente de la FED, cuando el dólar llegó a estar tan débil en su cotización que se cambiaba un euro por 1,55 dólares. En realidad, aquella era una debilidad buscada intencionadamente y era una medida proteccionista camuflada, ya que en lugar de establecer aranceles a las importaciones, con una divisa débil en el fondo se hace lo mismo, ya que se está encareciendo comprar o importar en otras divisas.
Pero ahora, con una inflación que se acerca al 10% anual, las cosas han cambiado y los mercados intuyen que tanto la FED norteamericana como el BCE no tendrán más remedio que actuar y subir los tipos de interés, aunque eso puede originar una profunda recesión. De hecho, la aspiración actual es conseguir reconducir la situación a la denominada 'Slowflation' (inflación media-alta con un crecimiento lento). O sea, una especie de mal menor. Y ese pronóstico que los mercados realizan apunta hacia que la FED cogerá el toro por los cuernos con más decisión que el BCE, lo cual significa que se esperan allí más subidas de tipos de interés a corto plazo que en Europa y esa es la razón principal por la que se está fortaleciendo el dólar respecto al euro.
Otra razón que ha impulsado al dólar es que en tiempos de gran incertidumbre el dinero tiende a buscar refugios seguros y el oro, el dólar y ahora las criptomonedas se han convertido en refugio para el dinero. No obstante, en el caso de las criptomonedas no está claro que se trate de un cobijo seguro ya que, como mínimo, tienen una gran volatilidad.
Iconos de diversas áreas del pensamiento económico como Paul Krugman, o Robert Shiller, laureados con el Premio Nobel de Economía de los años 2008 y 2013, respectivamente, han advertido reiteradamente de que vivimos tiempos de gran incertidumbre y que podría haber una extremada volatilidad en los mercados si la situación no se consigue reconducir a corto plazo, y el mercado de divisas no va a ser una excepción. Como consecuencia de dichos temores y de dicha volatilidad, ya está comenzando a haber presión vendedora en el mercado de Renta Fija, como consecuencia de las alzas de tipos de interés que se esperan. Vivimos una situación absolutamente excepcional y anómala, con unos tipos de interés reales, es decir la diferencia entre los nominales y la inflación, cercanos al -10%, algo nunca visto en más de un siglo. A esa situación se ha llegado porque los mercados de renta fija están dopados, debido al apoyo enorme que significaron las compras incesantes de títulos de deuda pública por parte del BCE y de la FED, llevando a dichos títulos a una burbuja descomunal que algún día puede pinchar, como advirtieron repetidamente desde PIMCO, la mayor gestora de Renta Fija del mundo.
¿Se imaginan que le paguen dinero al inquilino por ocupar una vivienda en lugar de pagar él una renta al arrendador? A esa situación absurda hemos llegado en los mercados de renta fija con los tipos de interés. Es decir, en estos momentos pedir dinero prestado a un tipo fijo cercano al 2-3% es un gran negocio, ya que la inflación es casi del 10%, lo cual significa que en el fondo nos pagan por prestarnos el dinero. Cuando esa situación se normalice, y los tipos de interés reflejen la realidad, sin estar alterados artificialmente como ahora, la renta variable, o sea las Bolsas, podrían sufrir un batacazo sin precedentes. Lo que vivimos ahora lo estudiarán en los libros de Historia las siguientes generaciones.
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