Secciones
Servicios
Destacamos
Quien más quien menos arrastra los daños de la pandemia que sufrimos. Centenares de miles de personas han muerto y otras muchas sobreviven con las consecuencias que el virus ha dejado en su salud. Además de los particulares, también las empresas, los negocios y las ... actividades profesionales acumulan pérdidas, daños y ruinas insalvables. Su situación también nos afecta a los demás.
Pero estos males económicos y financieros no se pueden generalizar. Ya era sabido que los laboratorios que descubrieron las vacunas, además del prestigio logrado por los éxitos de sus científicos, compensarían la inversión y el riesgo ampliamente gracias a los beneficios que les proporcionaría la necesidad imperiosa de comprar sus productos.
Así lo están capitalizando y en algunos casos no sin recurrir a trucos comerciales dudosamente éticos en la competencia que se ha abierto. Las 'fake news' no han estado ausentes de las luchas subterráneas por hacerse con los mercados. Ayudó la ansiedad de los gobiernos por atender las demandas desesperadas de sus conciudadanos.
La salud lo primero y el dinero, después, es una máxima que se está alterando. Estos días hemos visto como dos de las grandes multinacionales que ofrecen las vacunas más populares han anunciado que aumentarán su precio en Europa. Casualmente lo han hecho al mismo tiempo lo que hace sospechar que antes se habían puesto de acuerdo. Lamentable si recordamos que en ello van vidas.
Claro que no hace falta ir tan arriba para observar e intuir la cantidad de negocios y 'negocietes' que están funcionando al socaire de la covid y de las medidas oficiales decretadas para paliarla. Uno gravita en torno a los test de antígenos y PCR que se han vuelto tan necesarios para cruzar fronteras o simplemente para alojarse en un hotel. Los test básicos para uso y tranquilidad propia, que apenas se tarda unos minutos en aplicar, se venden en las farmacias, que se supone que en ello tendrán alguna ganancia, a ocho euros. El problema es que en las farmacias no pueden expedir el certificado correspondiente y para obtenerlo hay que recurrir a centros donde cobran cincuenta.
En este caso escribo con experiencia propia. El test de antígenos lo efectúa en un hospital privado una enfermera, que te hurga en la nariz, cosa desagradable, veinte segundos, y tras diez o quince minutos de espera te expende el resultado previo pago de su importe. La cola que tuve que afrontar en espera del turno recordaba a las del fútbol. Multiplicando por cincuenta, el negocio es redondo
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.