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Las campañas electorales acaban siendo siempre estrambóticas, en parte porque la lógica política es estrambótica de por sí y en parte porque van dirigidas a esos seres estrambóticos que conformamos la ciudadanía. Con todo y con eso, la campaña que estamos sobrellevando ha dado un ... salto cualitativo -o tal vez cuantitativo, no sé- de lo estrambótico a lo muy estrambótico. Y lo ha hecho a través de la incorporación al debate de un elemento impensado: ETA.

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