Emprendimiento asturiano

Para mejorarlo, más que buenas intenciones se necesitan políticas que fomenten esta actividad, reduciendo burocracia y cargas fiscales y con apoyos para la financiación. Y, además, hay que implantar programas formativos en las aulas

Lunes, 6 de febrero 2023, 01:39

Una vez finalizado el ejercicio 2022, en Secot, organización a la que pertenezco, hemos hecho un detallado análisis y valoración de 97 proyectos que en los últimos tres años emprendedores asturianos nos presentaron, para ayudarlos a poner en marcha sus ideas de negocio. Este estudio ... nos permite determinar el nivel de éxito o fracaso que han tenido esas iniciativas emprendedoras, procedentes generalmente de jóvenes, así como extraer algunas conclusiones sobre las razones que llevaron al éxito de unos pocos y al fracaso de muchos de ellos por los errores cometidos.

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La primera conclusión de este análisis es que tan sólo el 9% de los asesorados ha conseguido poner en marcha su negocio y mantenerlo en funcionamiento tres años después. Observamos también que la mayor parte de estos emprendedores que han tenido éxito han creado 'startups' de base tecnológica, algo que les ha permitido moverse en un mercado altamente competitivo. En Secot nosotros a esto lo llamamos emprendimiento de alta calidad, ya que es innovador e introduce en el mercado nuevos modelos de negocio.

Por el contrario, hemos comprobado que los que han fracasado en su idea de negocio eran modelos que nosotros definimos como de baja calidad, ya que en la mayor parte de los casos se trataba de copiar o coger en traspaso negocios muy extendidos en el mercado.

Hemos podido ver que en el 82% de los casos se trataba de jóvenes desempleados o recientemente despedidos, que, con la indemnización percibida, tomaban la decisión de coger en traspaso negocios cerrados, o abrir bares, cafeterías, panaderías y otros similares. Lo que vemos es que, en la mayor parte de los casos, esos jóvenes no tenían ni la formación ni la experiencia necesarias para gestionar estas actividades. Probablemente por la necesidad de conseguir ingresos rápidamente, no se preocupaban ni ocupaban en alcanzar los mínimos conocimientos ni las habilidades precisas para gestionar estos negocios. Alguno abiertamente nos confesó que nunca había sido ni camarero ni dependiente, pero por lo que veía en los bares de copas que frecuentaba y en las tiendas donde compraba, la gestión del negocio iba a ser fácil para él.

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Otro de los errores que se cometían era que no se valoraban convenientemente los sobrecostes derivados de poner en marcha el negocio, tales como notaría, asesores fiscales, publicidad, tasas, servicio informático, etc. Costes estos que provocaban el inicio de un negocio enormemente lastrado por desembolsos fijos que no se tenían en cuenta.

Añadidamente, estos emprendedores se encontraban con una gran barrera para conseguir la financiación que necesitaban, debido a que las entidades bancarias, de crédito y de capital riesgo, son muy poco flexibles con estas actividades. Para obtener financiación, además del aval del propio negocio, implicaron a sus padres para ser avalistas con su propio piso, algo que puso en riesgo de modo manifiesto el patrimonio familiar.

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Ciertamente, nuestra muestra de emprendedores es muy pequeña comparándola con todo el mercado asturiano, pero, por lo que vemos en el informe GEM 2021/2022, que analiza en profundidad el ecosistema emprendedor asturiano, nuestro análisis y nuestras valoraciones, muestran un gran paralelismo con lo que arroja este informe, en el que se remarca que la precariedad laboral por cuenta ajena y el desempleo es lo que impulsa al emprendimiento.

Si además de falta de formación específica, de grandes dificultades para obtener financiación, añadimos unas grandes trabas burocráticas, además de tasas impositivas estatales y autonómicas, mal pueden ir las cosas.

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A nuestro juicio, para mejorar el emprendimiento en Asturias, más que buenas intenciones, se necesitan políticas estatales y autonómicas que, con hechos y no con palabras, fomenten la actividad emprendedora, reduciendo burocracia y cargas fiscales. Igualmente, apoyos claros a la financiación. Por último, entendemos que en las aulas han de implantarse programas formativos, que faciliten las competencias necesarias para el emprendimiento. Sin estas medidas, difícilmente se va a mejorar el ecosistema emprendedor.

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