Joe Biden, llega al despacho oval de la Casa Blanca siendo el presidente de más edad que accede a dicho cargo y apoyado en la alargada sombra de la multirracial Kamala Harris, la cual se sospecha que es una especie de 'presidente in ... péctore' (persona que ya ha sido designada para un cargo pero cuyo nombramiento oficial no ha sido hecho público). Biden, o mejor dicho Kamala Harris, tendrá cuatro años por delante y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas, pero los mercados y los países occidentales (esos mismos que piden el apoyo norteamericano cuando hay problemas serios, pero que repudian cínicamente el liderazgo yanqui) están expectantes ante la puesta en marcha del programa o plan económico y social con el cual el dúo Biden&Harris piensa mantener a flote al que, ya por poco tiempo, es el país más poderoso del planeta. Ese programa o plan se puede resumir en los siguientes puntos:
Publicidad
1. Conseguir superar la gran fractura social e ideológica existente. Incluso, geográficamente, también hay dicha división, ya que el centro es republicano y las costas mayoritariamente demócratas.
2. Biden ha anunciado la vuelta al Acuerdo de París, en una firme apuesta ecológica. No obstante, es de suponer que tendrá que buscar un equilibrio entre salvar la naturaleza para las siguientes generaciones y mantener la locomotora económica funcionando a tope para evitar entrar en una profunda recesión económica.
3. Los nuevos mandatarios prometen un futuro en el que todos los productos lleven la etiqueta 'Made in América', en una clara apuesta proteccionista, lo cual es una evidente incongruencia con su promesa de acabar con la guerra arancelaria y comercial que desató su antecesor Donald Trump para intentar frenar el creciente poder del gigante amarillo.
4. Estados Unidos tiene una gran deuda pública, superior a los 22 billones de dólares y esa preocupación no aparece entre las líneas programáticas del dúo Biden&Harris. A la larga el camino de aumentar la deuda será insostenible.
Publicidad
5. El programa de reactivación económica es muy dudoso ya que no está basado en un enfoque keynesiano de inversión en grandes infraestructuras públicas para tirar de la demanda y sostener el empleo, sino en todo lo contrario, ya que la medida de choque principal parecer ser enviar a cada estadounidense un cheque por 1.400 dólares, en una especie de política de 'Helicopter Money' totalmente propia de Friedman y muy reaganiana. Hace poco, cuando Trump hizo eso mismo, enviando un cheque por 600 dólares, fue muy duramente criticado desde el bando demócrata. El llamado Plan de Rescate, consistente en repartir 1,9 billones de dólares, se llevará a cabo, sobre todo, apoyando las finanzas maltrechas de estados y ayuntamientos, pero sin inversión directa de ningún tipo.
6. El gran lunar del país es su deficiente sistema de sanidad pública y no va a ser fácil cambiar eso.
La realidad es que mientras que Estados Unidos y todo el mundo occidental afrontan grandes caídas del PIB, con el consiguiente aumento del desempleo, en China han tenido el peor año desde 1.976, ya que su PIB sólo creció el año pasado un 2,3% y ahora ya crece a un ritmo que se acerca al 7%.
Publicidad
Decía el polifacético (físico, filósofo, historiador, etc.) Thomas Kuhn (Cincinnati 1922, Cambridge 1996) que un paradigma se mantiene en pie mientras no aparezca otro que explique mejor una realidad o situación. La sociedad occidental está muriendo como paradigma que ofrece la mejor opción económica y social y está siendo sustituida por el modelo chino. En mi opinión hay tres aspectos que indican y explican ese claro declive del mundo occidental y que son los siguientes:
a) Existe un enquistado y erróneo debate entre quienes piensan que lo importante es generar riqueza sin importar el reparto de la misma y los que sostienen que lo importante es la igualdad y el reparto de la riqueza sin preocuparse de cómo generarla. Ambas posturas son un clarísimo error. No se puede repartir la riqueza que no se ha generado y no se puede generar riqueza basándose en una gran desigualdad porque la desaparición de la clase media destruye el consumo, frena el progreso, fragmenta la sociedad y pone en peligro la libertad.
Publicidad
b) Las sociedades justas no son aquellas que ofrecen igualdad en la meta, sino las que ofrecen igualdad en la línea de salida, ofreciendo oportunidades a todos, pero recompensándolos según su esfuerzo y méritos. Todo eso se ha olvidado ahora y sin incentivos una sociedad está muerta, tal como reconoció el que fuera máximo mandatario de la extinta URSS, Leonidas Breznev.
c) Los sistemas educativos occidentales están destrozados porque están dominados por unas tendencias pedagógicas que están causando un enorme daño a la sociedad. El buenismo engañabobos es un gran fraude porque, después, la vida está ahí afuera esperando implacable a esos alumnos a los que ahora se les cuenta que van al colegio para disfrutar y jugar, pero no para estudiar y sacrificarse. Además, regalar los títulos va en perjuicio de las clases modestas a las cuales presuntamente se pretende defender, porque los pudientes siempre podrán mandar a sus hijos a Harvard, mientras los otros empapelarán la habitación con los devaluados títulos y masters inútiles que coleccionarán. Todos los que, apoyándose en ese 'blablabla' que está de moda, critican el sistema de notas por ser competitivo, ¿se pondrían en manos de un cirujano cardiovascular que hubiese sacado su título de ese modo, con una especie de aprobado general?
Publicidad
Estados Unidos necesita un plan que ilusione, algo así como la famosa Ruta 66 que atraviesa el país de costa a costa y en la que muchos americanos pusieron en marcha sus sueños, viajando de un lugar a otro lejano para empezar una nueva vida. Quedan lejanos los tiempos en los cuales Estados Unidos lideraba el mundo y la carrera espacial era un claro ejemplo. De todo aquello, ahora queda poco más que la frase mítica de 'Houston, tenemos un problema'.
Krugman, Stiglitz y otros influyentes defensores de la causa demócrata se dedican estos días a tratar de escribir el epitafio de las políticas reaganianas, pero no veo que surja ningún movimiento nuevo digno de ser bautizado y recordado como tal. En el fondo, es una variante más de la triste idea imperante de defender más la eutanasia que las políticas de natalidad.
Noticia Patrocinada
Respecto al sistema educativo, en algún sitio leí una frase que se me quedó grabada y decía: 'La semilla de hoy, el fruto de mañana'. Por eso, el futuro en Occidente va a ser malo porque sin esfuerzo en la vida no hay nada y el resto son 'cuentos…chinos'.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.