Enorme profesional y persona
Eduardo Peralta, director de Ideal
Martes, 26 de septiembre 2023, 01:09
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Eduardo Peralta, director de Ideal
Martes, 26 de septiembre 2023, 01:09
Conocí a Marcelino Gutiérrez hace años, cuando tras asumir las responsabilidades del desarrollo e impulso de la web de EL COMERCIO, formó parte de un equipo de trabajo de Vocento dedicado a un nuevo diseño digital de los periódicos regionales y en la consiguiente reorganización y estructuras de las redacciones. Estuvo en Granada varias semanas y su trabajo resultó altamente satisfactorio. Su gran conocimiento, prudencia y proximidad, desde el primer momento, hizo que este asturiano que aterrizó en Granada nunca fuera considerado como alguien extraño y se integrara fácilmente y con naturalidad en el ambiente de 'Ideal'. Sus consejos, dados con tranquilidad y sosiego, inspiraban confianza. Cumplió su misión con el mejor de los resultados. De aquella etapa todavía se guardan aquí muy gratos recuerdos, sobrecogidos y atenazados ahora por el dolor de su lamentable desaparición.
Después, ya nombrado director de esta histórica cabecera, ha demostrado de sobra su enorme profesionalidad y dedicación permanente como un periodista de raza, apegado a la noticia y con un ejemplar dominio para coordinar una Redacción, que siempre digo es una especie de jungla en la que hay que sacar lo mejor de sus integrantes. Y a lo largo de estos últimos años he tenido la oportunidad de coincidir en infinidad de reuniones de trabajo, en las que Marcelino siempre se destacó por la prudencia y el buen juicio de sus comentarios y opiniones. Sin necesidad de elevar el tono de voz, era capaz de captar la atención de todos porque sabíamos que sus afirmaciones y juicios siempre eran certeros y dignos de tener en cuenta.
Dispuesto a ayudar a sus amigos y colegas, soy testigo de que Marcelino se desvivía por solucionar sus problemas o situaciones. Les cuento, lectores de EL COMERCIO, la banal anécdota acaecida cuando hace un par de años, en la entrega en Madrid de los Premios ABC de Periodismo, a la que asisten los Reyes de España, fui víctima de un percance con la pajarita, que junto con el esmoquin forma parte de la vestimenta apropiada al acto. Aquello podría haberme ocasionado un embarazoso contratiempo, pero con su característica tranquilidad, fácil y rápidamente lo solucionó con un simple imperdible.
Gracias, querido Marcelino, por ser un compañero del que siempre he aprendido y por haber compartido juntos inquietudes, sueños y tantas ilusiones en este oficio que amamos tanto. Hasta siempre.
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