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En la ronda de contactos que mantuvo el concejal de Obras Públicas, Olmo Ron, para presentar la propuesta de reforma del Muro, hubo de todo. Las distintas entidades económicas y sociales mostraron sus diferentes puntos de vista. Dicho de otro modo: arrimaron el ascua a ... su sardina. Así, la patronal de la hostelería (Otea) señaló el interés por las terrazas. Es decir, que se aproveche la nueva zona peatonal creada por la ampliación de aceras para un modelo que sea «atractivo a visitantes y residentes».
Por su parte, la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) se mostró preocupada por la pérdida de aparcamientos o la solución que se dé al martillo de Capua. La Unión de Comerciantes habló de tiendas efímeras como reclamo turístico. O sea, montar puestos de venta ambulantes a lo largo del paseo. Y los sindicatos UGT y CC OO se centraron sobre todo en la movilidad, mientras que la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona rural quiere que se valore el soterramiento del tráfico. Exactamente lo mismo que la patronal de la construcción (CAC-Asprocon), quien piensa que se podrían unir los aparcamientos del Náutico y la avenida de Castilla. En definitiva, cada colectivo mira El Muro en función de sus intereses. Unos para hacer obras, otros para poder tomar el vermú o vender productos en mercadillos de temporada.
Sin embargo, hay algo en los que prácticamente todos coinciden: devolver el doble sentido a la circulación rodada.
Esto es, que no se limite a un solo carril como en la actualidad, sino que también contemple una salida hacia el oeste. Sin duda, algo que no está claro en absoluto, puesto que los planes de la concejalía de Movilidad pasan por mantener lo que hay. A la postre, un único vial hacia el Piles continuamente atascado. Eso sí, parece que como el diseño será sobre una plataforma única, se podrá cambiar en cuanto se quiera. No obstante, insisto, mientras exista la actual política de Movilidad (el coche es Satán) no veremos que eso se produzca. Más bien, tendremos un paseo en la práctica peatonal y el tráfico seguirá buscándose la vida por las calles adyacentes. Incluso no parece contemplarse ese doble sentido de lunes a viernes -propuesto por el sindicato UGT- como medida de alivio para quien utiliza su vehículo para trabajar. Desde luego, el debate sobre el Muro toca a su fin y tendremos que ver ya realidades: al menos, ese anteproyecto que se prometió para este mes.
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