Secciones
Servicios
Destacamos
Los heteros no vamos a ver pelis sáficas u homosexuales. Eso es lo que sacamos en conclusión tras leer el artículo de Álex Vicente en 'El País', 'El cine LGTBI sigue estando en minoría'. Hablaba del fracaso de 'Bros', una historia romántica entre dos gays ... que quiere ser como las de Meg Ryan, o sea, para toda la familia. A pesar de las buenas críticas y la promo, a pesar de que está rodada con los parámetros 'heteronormativos' de las comedias románticas de toda la vida, la cosa no ha ido bien, es decir, que las churras solo se mezclan con las churras. En algunas de las referencias y declaraciones del artículo se respira un cierto reproche a la sociedad, como si el amor gay no fuera aceptado y que debemos superar los recelos de ciertas producciones de nicho. En concreto, Zaida Carmona, la directora de 'La amiga de mi amiga', dice que los heteros solo parecemos aceptar las películas gays cuando se tratan desde el polo dramático, y que cuando se celebra la sexualidad, «parece que molestan». Bueno, aquí hay tela que cortar.
Como hetero, reconozco la preeminencia de nuestro modelo en las producciones cinematográficas. Hemos crecido con John Wayne, con James Stewart, con Gary Cooper. Es lo que hay. Son modelos de masculinidad que me gustan, no veo nada tóxico en el valor, en la integridad, en no huir de los problemas, en cumplir con la palabra dada (hay un chiste muy bueno sobre John Wayne, que hace 'Hamlet' y cuando termina recibe un abucheo del público. Wayne se acerca a candilejas, les mira y dice: «Y qué queríais. Yo no he escrito esta mierda»). Desde luego, el modelo que no comparto es el de Antonio J. Rodríguez, que en un ensayo escribe que la nueva masculinidad debe ser capaz de tocarle la pilila a otro hombre y que se vea normal (Antonio, querido, me gustaría ver cómo predicas con el ejemplo en los vestuarios de tu gym: luego me cuentas, rey). Asimismo, la comedia romántica era siempre 'Tal como éramos' (1973), entre un Robert Redford (que era más guapo que cualquier chica de la peli) y Barbra Streisand. La tendencia contemporánea a hacer visibles en el cine las querencias sexuales, las razas, el credo, la condición, etc… es una deuda que había que pagar, y bien está, aunque haya cosas que son demasiado, como meter aristócratas negros en la serie 'Los Bridgerton'. Homos, bis, trans, heteros… todo normal, y más que normal, diría yo. Ahora bien, hay algunos peros.
Tenemos el uso y el abuso, meter perfiles LGTBI a calzador para apuntarse puntos deshonestos. Tenemos los algoritmos, que fomentan los nichos audiovisuales a fin de hacer más dinerín. Tenemos los personajes homosexuales rancios y estereotipados, así como un chiste de Esteso. En la práctica, a mí nunca me ha influido que un personaje o una historia sea de homosexuales, lo que me influye es que no sea una buena historia, que los personajes no tengan un desarrollo argumental coherente, serio, emocionante, y que sus conductas sexuales sean un elemento más con el que jugar. Si tú quieres hacer una historia tan conmovedora como 'Los Puentes de Madison' (1995), tienes que encontrar una novela sensacional, que pueda desarrollarse con un buen guion, y que haya una mano firme como la de Clint Eastwood (modelo tradicional de masculinidad, por cierto, y sueño erótico también clásico de muchos gays). Aquí la clave es no catalogar algo como LGTBI o heterosexual, la cosa es que sea una historia de amor, y punto. Ahí tenemos la estupenda 'Brokeback mountain' (2005), dirigida con criterio por Ang Lee, basándose en un cuento de Annie Proulx. De hecho, se puede aplicar a todo: la historia de '300' (2006) no cambiaría nada si nos enterásemos de que Leónidas era marica, y más bien lo sería en la realidad, aunque en la peli esté liado con el pivón de Lena Headey (en la escena en que el Rey Darío le tira los tejos, no sé quién podría tener más peligro).
Una de mis películas preferidas es 'Keep the lights on' (2012), de Ira Sachs, una historia tremebunda, un contigo ni sin ti entre dos tíos, que te coloca en el cielo y luego desciendes a los estadios más profundos del averno. Tenemos la maravillosa 'La ley del deseo' (1987), con el siempre desatado Eusebio Poncela. Y qué decir de la estupenda película sudafricana 'Moffie' (2019), con la complicación de salir del armario en medio de la guerra de Angola. Me dicen que 'El poder del perro' (2021) es muy buena, pero para peli buena 'Tootsie' (1982), con la que sigo descacharrándome. Otro gran film es 'Las aventuras de Priscilla, Reina del Desierto' (1994), con un impagable Terence Stamp, así como la sensible 'La vida de Adèle' (2013), la brutal 'Sauvage' (2018), la inspiradora 'Fresa y Chocolate' (1993), esa deletérea obra maestra que es 'El sirviente' (1963), o la ambigua 'El talento de Mr. Ripley' (1999). No puedo dejar de mencionar una maravilla: 'La chica danesa' (2015), en la que seguramente Eddie Redmayne hace uno de los papeles de su vida.
Todavía no he visto 'Bros'. Lo que sí adelanto es que, si se trata de una pastelada, de un rollo 'torso sudoroso' y pásame esa pesa de quince, que yo te doy la de veinte, o algo en plan Village People, no creo que me vaya a interesar. El 'mainstream' no depende del nicho, sino de la profundidad de los conflictos, de cierta tragedia (toda comedia necesita una), de cómo se matice el autodescubrimiento. No hay que justificarse, uno ama, a quien sea, y es lo único sobre lo que hay contar la historia.
Para terminar, algo de humor. Nixon tenía una peculiar explicación para razonar la caída del Imperio Romano: «¿Sabes lo que les ocurrió a los romanos? Los últimos seis emperadores eran maricas». Como a mí me va el rollo (los romanos), he hecho una simple cuenta: en el imperio romano de Occidente hubo unos 89, en el imperio romano de Oriente (bizantino), unos 77, todo esto número arriba o abajo. Nos dan 166, de esos, estoy seguro de que, al menos, la mitad eran maricas o bisexuales. El Imperio Romano (si incluimos la República y Bizancio), duró unos mil años. Pues eso: la nave va. Hasta que el cielo se caiga sobre nuestras cabezas
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.